Tras estudiar guitarra clásica en el Conservatorio de Bolonia,
Caterina Barbieri recondujo su vida cuando descubrió en el respetado Elektronmusikstudion el sintetizador modular Buchla 200. Fue un encuentro que le sacudió la conciencia, revelándole una manera de percibir la música que los años de formación académica le ocultaron. Apretando los botones como si de una sesión de psicoterapia se tratase, la italiana empezó la búsqueda del alma en la máquina, y en su debut para Editions Mego,
“Ecstatic Computation”, nunca ha estado más cerca de hallarla.
A partir de lo que llama
“técnicas de secuenciación complejas y operaciones basadas en patrones”, crea una música que bebe del minimalismo clásico y también algo de la euforia psicotrópica del trance puntillista de su compatriota Lorenzo Senni, aprovechándose de las infinitas posibilidades que le brinda esta tecnología. Duren noventa segundos o más de diez minutos, las composiciones de la transalpina dejan con ganas de más.
“Fantas” es un logro hercúleo, un álbum en sí mismo, un tema que estira y colapsa el espacio-tiempo en un lapso de sutiles pero constantes alteraciones del patrón melódico principal. Otros hitos incluyen el acercamiento a terrenos club de
“Spine Of Desire” –máxima expresividad con lo mínimo; durante minuto y medio suelta un crescendo encima de otro– y
“Arrows Of Time”, su guiño a la tradición con una pieza de corte medieval y grandeza catedralicia construida con un clavecín del siglo XVIII y las vocalistas Annie Gårlid y Evelyn Saylo, también presentes en el
“PROTO” (2019) de otra mujer de otro mundo como Holly Herndon. ∎