Como si se tratara de un fabuloso what if? surgido de una radiofórmula de los años sesenta perdida en una dimensión alternativa, así es cómo Patrick Flegel (ex-Women; sus dos álbumes, fechados en 2008 y 2010, merecen una revisión) presenta su obra más ambiciosa hasta el momento como Cindy Lee, su esfuerzo más satisfactorio en terreno pop por romper los códigos espacio-temporales de estos últimos años.
Si bien es verdad que LPs tan interesantes como “Model Express” (2018) y “What’s Tonight To Eternity” (2020) ya mostraban las fauces del genio atesorado por esta drag queen canadiense, ahora es el momento en que se ha decidido a sorprender a propios y extraños con un esfuerzo incomparable por transcender en la historia de la música contemporánea. Y lo ha hecho nada menos que mediante treinta y dos canciones encapsuladas en más de dos horas de viaje simpar a lo largo de setenta años de historia pop.
Del protoglam facturado en “Glitz” al synthwave alocado de “Gayblevision”, estamos ante una especie de primo lejano del “69 Love Songs” (1999) de The Magnetic Fields, aunque dentro de una concepción más arriesgada, e hipnótica, en su elaboración. La vía hipnagógica es el hilo conductor de la apabullante amalgama de estilos y tonos capturados a lo largo de tan inolvidable viaje a través de épocas y estilos tan variados como puede ser el sonido de los girl groups de los años sesenta, el rock’n’ roll paleolítico, la psicodelia ruidista, el pop barroco, la música disco, el folk medieval o el dream country.
Todas las piezas están cuajadas bajo la ley del contraste entre la duermevela y las tormentas eléctricas. En cierta manera, estamos ante una locura sustentada en las nociones de producción marcianas de Joe Meek, el pop en VHS de Ariel Pink y los borrados hidropónicos en los que Gonjausfi sumía sus creaciones. Con semejante impronta de acción, “Diamond Jubilee” avanza con inaudita seguridad a través de una oda sin cortapisas hacia la melancolía y los amores heridos, con muestras imperiales como “Don’t Tell I’m Wrong”, y por el camino van aflorando gemas preciosas como “Dreams Of You”, “Dallas”, “Deepest Blue” y “Durham City Limit”, por citar unas pocas.
El botín de piedras preciosas es tan generoso como único en su acabado final. Pruebas imperecederas de lo que curiosamente es la obra menos compleja de Flegel, una demostración inapelable de que aún se puede alcanzar la atemporalidad con herramientas ya conocidas o (y aunque suene a topicazo) cómo el pasado puede seguir siendo la puerta hacia el futuro.
Como último detalle, y para subrayar la huella de rara avis exhalada por “Diamond Jubilee”, no busquéis escucharlo en Spotify o en cualquier otra plataforma que no sea YouTube o a través de Geocities. Porque, apelando a su condición ajena al algoritmo de consumo, este monolito de conocimiento pop ha sido diseñado para ser disfrutado lejos de códigos de comportamiento rutinarios. ∎