27 Rae Street, Fitzroy North –a un par de kilómetros de la universidad y del museo de Melbourne en dirección nordeste– posiblemente fue la residencia de Courtney Barnett durante alguno de los severos confinamientos a los que estuvo sometida la ciudad australiana. Es la dirección que aparece en uno de los videoclips promocionando su nuevo álbum, “Things Take Time, Take Time”, un título similar fonéticamente a su primer largo oficial, “Sometimes I Sit And Think, And Sometimes I Just Sit” (2015), aconsejando aprovechar en clave positiva la obligación de tomarse las cosas con calma durante el último par de años. Y “Rae Steet”, el título de la canción que lo inicia, una invitación/reflexión sobre lo importantes que pueden llegar a ser las pequeñas cosas en la vida cuando no se tiene nada más.
No se hagan demasiadas ilusiones quienes pretendan encontrar a una Courtney distinta. Pero tampoco quienes esperan encontrar a la Courtney de siempre: la aguerrida amazona intensamente eléctrica. El efecto causado por la pandemia sobre ella, al igual que sobre otros, ha sido inverso al predecible. Ha apaciguado su ansiedad, de modo que se la escucha menos metida en denuncias y más preocupada por aliviar la soledad de quienes la rodean. Gracias a su gran habilidad comunicadora y además debido a su estilo de vocalización medio narrativa –similar a la de un Lou Reed metido en una garganta de mujer–, se desprende esmero y cariño en el afán de contactar gracias a observaciones de algunos viejos hábitos recuperados durante los encierros, cuando el mundo parece girar más lentamente.
Bastantes canciones de este disco pueden englobarse en la franja sosegada de su repertorio, con algunas excepciones. El hecho de haber recibido el nuevo de The War On Drugs hace solamente dos semanas nos impulsa a comparar la tapicería formada por guitarras y teclados en “Here’s The Thing” con la fórmula Granduciel, así como las guitarras de una “Before You Gotta Go” muy inteligente colocando ese estribillo contagioso. También se detectan pinceladas sutiles de electrónica en “Sunfair Sundown”, mucho más flagrante en las percusiones sintéticas de “Turning Green” –programadas por la irreductible percusionista Stella Mozgawa de Warpaint, coproductora del álbum–, aderezada con efectos que derivan en guitarras aceradas.
Tras el jangle de “Write A List Of Things To Look Forward To” –entre Flying Nun y los paisanos Rolling Blackouts Coastal Fever–, decide cerrar con la única canción fraguada sobre piano, “Oh The Night”, en clave final de candilejas. “And the days seem so familiar, like a film ya never seen”. Desde el sentimiento profundo de la aceptación de la rutina, la artista nos convida a soslayar el desánimo buscando disfrutar de las sensaciones inéditas provocadas por la no menos inédita situación de recogimiento. Sin acordes correosos y sin melodrama. En ese punto justo de sensatez tan difícil de equilibrar. ∎