La música de
Cut Copy se impone dulcemente. No admite dudas. Su riqueza de referencias y la efectividad de cada elemento ya estaban capturadas brillantemente en
“In Ghost Colours” (2008), así que el mérito de este tercer álbum debe ser simplemente igualar y pervivir su estilo poliédrico, pegadizo, amable, bailongo, ensoñador y disfrutable en todos los puntos.
Menos
gayer que Hot Chip, menos punk que LCD Soundsystem, menos francés que Phoenix y absolutamente relevante,
“Zonoscope” desborda música como esa marea de la preciosa portada que inunda Nueva York: canciones de pop algo extravagantes, producidas con varios libros de estilo superpuestos sobre la mesa de mezclas y que nunca se cubren las espaldas con la ironía o el uso retromoderno; un festín opíparo que convierte en orgánico el synthpop, que integra los ritmos tribales en su interés por el trance y la psicodelia californiana (de ahí su devoción hacia Animal Collective: el disco lo ha mezclado Ben H. Allen, quien hizo lo propio con
“Merriweather Post Pavilion”) y que actualiza varias tendencias de los años setenta (el krautrock, la música disco, la nueva ola
arty, el pop comercial adulto).
Y, de rondón, se van colando aún más referencias. Alambicado trabajo de estudio, por tanto, que se ha desarrollado durante medio año en un almacén alquilado de Melbourne, ciudad natal del grupo, y que llega a pervertir el, según ellos, objetivo principal de las canciones: la inmediatez pop. Porque aquí hay estribillos y melodías recordables, aunque al final se imponga un embriagador, absorbente torbellino de sonido. ∎