Álbum

Damien Jurado

The Monster Who Hated PennsylvaniaMaraqopa-Popstock!, 2021

Veinticinco años y veinte discos después, Damien Jurado necesita poco, muy poco, para tocar la fibra y convertir sus discos en balsámicos remansos de paz y entrañables antidepresivos. Ayuda, claro, que el de Seattle gaste aún garganta de suave terciopelo y sea capaz de inyectar emoción lo mismo a una luminosa balada folk que a las ofertas del día en el supermercado, pero no solo de voz vive Damien. Ni mucho menos. En su caso, todo obedece a una equilibradísima mezcla de intensidad contenida, ensalmo melódico y canciones redondas que se acaban en un suspiro, fórmula que con ligeras variaciones ha venido repitiendo desde que, a la altura de “Saint Bartlett” (2010), Richard Swift le abrió las puertas del pop y el bueno de Damien decidió que ya era hora aparcar, o por lo menos esconder un poco, toda esa tristeza de baja fidelidad y quejumbroso lamento.

Una década después de aquello, el norteamericano se ha quedado sin compinche sonoro (Swift, fallecido en 2018, se cuela aquí en la hermosa y reverencial “Male Customer #1”), pero el material de las canciones sigue siendo el mismo. Es más: Jurado ha querido estrenar su propio sello Maraqopa destilando la esencia de sus trabajos anteriores y concentrándola en media hora de música hermosa, curativa e inspiradora. Una decena de canciones de dieta espartana y acabado sublime que, además de sumar nuevos personajes a su galería de entrañables perdedores (“Johnny Caravella”, “Joan”), siguen elevándose entre ecos de Nick Drake y Bob Dylan (espléndida “Song For Langston Birch”) y sublimando el folk desnudo y luminoso. “What 's New, Tomboy” (2020), con ese órgano omnipresente y un acabado más pop, estaba bien, sí, pero “The Monster Who Hated Pennsylvania” está aún mejor. ∎

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