Álbum

dEUS

How To Replace It[PIAS] Ibero América, 2023

En la música, como en la vida, muchas cosas son cuestión de fe. Y hay que creer hasta el final. A mí me pasa con la banda de Tom Barman. Te dice una cosa, te camela y cuando menos te lo esperas te desencaja. Vuelvo al origen, a “Worst Case Scenario” (1994), a ese “Suds And Soda” germinal que combinaba energía rock con folk. En los noventa en Bélgica, dEUS era algo sagrado, como aquí Los Enemigos, Los Planetas, Extremoduro o Héroes del Silencio. Y yo caí ante el hechizo Vive La Fête y Kiss My Jazz mediante, bandas vinculadas con ese arrebato seminal. Porque dEUS, aunque parezca estar en segundo plano, al margen de la actualidad, siempre sorprende: busca la elasticidad de los vértices y da un quiebro de cadera a su paleta estilística.

“How To Replace It” ha tardado once años en cosecharse. Atrás queda “Following Sea” (2012), otro disco de los angulosos, que hacen de la música un tiralíneas de posibilidades. Aquí el resultado es notable, porque consiguen elaborar una poderosa colección de doce canciones que combinan el rock en todos sus estados, con todos los elementos que configuran el sonido dEUS: las baladas demoledoras (“Love Breaks Down”), los temas que crecen y fascinan en su evolución (“Le blues polaire”), esas canciones pop que atrapan al instante y que son redondas (“1989”, “Why Think It Over (Cadillac)”), las canciones conceptuales que aparecen como algo transversal (la que da título al disco, “Must Have Been New”) o composiciones más rugosas y ariscas (“Man Of The House”, “Dream Is A Giver”), pasando por aquellas que estiran el beat hasta el regocijo (“Simple Pleasures”) o las que quieren explorar nuevas galaxias (“Never Get You High”). Pero siempre desde el pop: “Faux bamboo” y “Pirates”.

Tras ocho álbumes en poco más de treinta años de existencia, nos queda la sensación de que dEUS supieron reinventarse una y otra vez. Consiguieron su esplendor con el tercer disco, “The Ideal Crash” (1999), grabado en Ronda (Málaga). Posteriormente alargaron su fórmula musical para enaltecer guitarras y domesticar la rabia en diversas claves, o para jugar con la magnificencia. Siempre consiguen que las cosas se bifurquen, conecten, para después disiparse. Y esa, amigos, es la magia de la música. Sin ser sublimes, pero llegando a cotas muy altas, dEUS poseen la capacidad de impregnar de una nueva capa al rock y al mismo tiempo desvestirlo para que juegue, se revuelva con nosotros y nos cautive. Un claro elogio a bandas como esta, que evolucionan con los tiempos y que nunca dejan indiferente. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados