Álbum

El Último de la Fila

Enemigos de lo ajenoPDI, 1986

“A EUDLF les ha salido un LP camino al sur, mitad oasis, mitad espejismo, flamencón, estupendo…”, decía una entusiasta Marina Reyes en esta reseña del disco que lanzó definitivamente al estrellato al dúo fomado por Manolo García y Quimi Portet, bregados en (estupendas) aventuras sin suerte (Los Rápidos, Los Burros) y que, tras un sorprendente primer disco en 1985 (“Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”), se confirmaron a todos los niveles con este “Enemigos de lo ajeno”, escogido mejor álbum español de 1986 en el Rockdelux 26. Escuchen “Insurrección”, la gran cumbre del dúo.

Parece ser que últimamente hay mucha ultimodefilitis en el panorama musical. Todo el mundo habla de ellos. Están actuando por todas partes. Mientras escribo esto, están viajando a Valencia para una actuación. Lo hicieron en su día también a Madrid para las fiestas de San Isidro, junto a Tapones Visente y James Brown; en Girona, en Studio 54, en Castelldefels, en… Todo hace pensar que la epidemia no ha hecho más que empezar. Según unas recientes encuestas, muchos ciudadanos prefieren ya el sabor de una buena canción de El Último de la Fila para empezar el día con energía. EUDLF están en estos momentos en boca de mucha gente que antes no daba un duro por ellos. ¿Fenómeno sociológico? ¿Restos de la nube radioactiva? ¿Por fin empezamos a valorar a los grupos que llevan años y años dando guerra? ¿Hay vida en Marte? A todas estas preguntas solo se me ocurre una respuesta. En forma de LP. Con nombre propio. Son ellos, Los Enemigos De Lo Ajeno… Si gastáis vuestros dineros en este disco (que, por cierto, os recomendamos de todo corazón, queridos niños), encontraréis ante vuestras orejitas unas cuantas canciones como “Insurrección”, “Las palabras son cansancio”, “Soy un accidente”, “¿Para qué sirve una hormiga?” y alguna otra. A EUDLF les ha salido un LP camino al sur, mitad oasis, mitad espejismo, flamencón, estupendo…

Las letras son increíbles. Suenan a cosas que seguramente todos hemos pensado más de una vez, pero que quizá nadie se haya atrevido a expresar, por lo menos de la forma en que lo hace Manolo García. Preguntas sobre la existencia y reflexiones sobre la impotencia, o sobre amores que lo dejan a uno colgado, que constatan continuamente la brevedad de nuestro paso por la tierra (“Soy un viajero de barro que se lleva la corriente / No pretendo perdurar porque soy solo un accidente…”).

Ahora bien. Si me dais a elegir entre un disco de EUDLF o una actuación suya, eso es otro cantar. Y nunca mejor dicho, porque los directos de esta buena gente son pura dinamita. Emocionantes. Es increíble ver cómo se entregan estos condenados, pasando de poses, desgañitándose sin fijador-gomina, emocionando a aquellos que todavía podemos emocionarnos en un concierto. Ver cómo las venas de Manolo se hinchan, cómo le gente corea el “Huesos” o el respetable pide a gritos que Quimi cante el “Jamón de mono”… ¿Qué otra cosa es El Último de la Fila sino enloquecer? ∎

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