La escueta y espaciada discografía de Elle Belga parece haber entrado, sin embargo, en los años de la pandemia en una especie de inusitado frenesí: en 2020, su álbum “Simetría”. En 2021, su banda sonora para la película muda de Vicente Domínguez “Barcos. 12 cartas náuticas”. Ahora llega “Lagunak”, un EP de cuatro canciones grabado este mismo año para Bonberenea Ekintzak, la plataforma para la edición de discos, libros y deuvedés de Bonberenea, el famoso gaztetxe autogestionado de Tolosa, que en 2022 cumplía su vigésimo quinto aniversario. Para celebrar tal acontecimiento histórico han ido publicando sendas grabaciones de grupos o compositores como Joseba Irakozi, Petit o Ama Say, entre otros muchos, además del “Lagunak” de Elle Belga.
“Lagunak” significa “amigos” en euskera y el disco muestra ese afán colaborativo, en el que participan amigos del dúo asturiano formado por Fany Álvarez y José Luis García. Por un lado, el grupo gijonés Edwin Moses (que colabora en “Una pequeña tregua”) y, por el otro, músicos vascos como Amorante (seudónimo artístico de Iban Urizar, que interviene en “Dolores” y en “Una pequeña tregua”), Verde Prato (seudónimo de Ana Arsuaga, que también participa en “Una pequeña tregua”) e Inoren Ero Ni (grupo que colabora en “Qué niño soy”). Consultado Josele por WhatsApp, comenta que “queríamos que estuviesen presentes en un disco como este, que sirve para cerrar un vínculo con la escena musical de Euskalerría”. En la producción del EP, otro amigo: Karlos Osinaga, cantante y guitarrista de Lisabö. Entre las cuatro canciones hay una versión, la que realizan de “Qué niño soy”, el tema de Manta Ray –el legendario grupo en el que García cantaba y tocaba la guitarra– incluido en su álbum “Estratexa” (2003). Quien recuerde la tremenda violencia tensa de la composición original se sorprenderá al ver cómo Fany y él han trasladado la canción a su terreno actual. El que no la conozca hará bien en descubrirla como lo que es ahora: una brillante canción folk de temática oscura. Cuando ya la haya asimilado, que escuche a continuación la original y saque sus propias conclusiones.
Además de “Qué niño soy”, el disco se abre con “Dolores”, otra creación dotada de apariencia anacrónica: con la sencillez de las antiguas tonadas campestres, las de una época en la que en el campo se cantaba mientras se trabajaba. Son las dos canciones más pausadas y taciturnas del disco, mientras que “Una pequeña tregua”, con la participación de muchos de los “lagunak” a que hace referencia el título del disco, es posiblemente la canción que menos recuerde a la idea preconcebida que se pueda tener de Elle Belga. Quizá por las trompetas, quizá por una percusión desacostumbrada. O, tal vez, por el ligero aire a lo Doors que ofrece. Para finalizar el EP, “Pienso”, un tema que se abre con una intensa melodía de teclado a la que se incorpora lo que parece una locución cinematográfica, antes de que se escuchen las voces de Fany y José Luis cantando uno de los hermosos textos que caracterizan su discografía.
No es el mejor trabajo de su brillante trayectoria, siempre situada entre el notable alto y la matrícula de honor (en esta última categoría incluiría “Simetría” y el LP de 2016 “Euforia”), pero sí se le puede considerar un aperitivo ante la previsible maravilla en formato largo que nos ofrecerán en un par de años. Considerarlo como el agua de un oasis inesperado hará que lo disfrutemos más. ∎