Álbum

Faye Webster

Undressed At The SymphonySecretly Canadian- Popstock!, 2024

En 2022, Faye Webster invitó a una orquesta sinfónica al estudio para la reinterpretación de algunas de sus canciones en el EP “Car Therapy Sessions”. Meses después, era ella la que iba regularmente al Atlanta Symphony Hall a ver a la orquesta como medicina para pasar el mal trago de una ruptura. No estaba para códigos de vestimenta, de ahí el título del álbum. Cada uno pasa estos trances a su manera; la suya es la de buscar la paz y huir de los rescoldos, nada de incendiarias torch songs.

En su quinto LP –ella tiene 26 años– continúa su trayectoria perfeccionando un sonido cada vez más alejado de la etiqueta folk-country con la que aún se la identifica en algunas publicaciones. Pese al acento del pedal steel de Matt Stoessel, está más cerca del pop de cámara maridado con soul, R&B y algún chispazo de indie rock. Siempre con el espacio suficiente para apreciar todos los instrumentos; desde el predominante piano al ocasional tintineo del glockenspiel. Contribuyendo a no llenar esos silencios intersticiales, las letras presentan cierto aire minimalista y Faye espera su momento; entra y sale, como no queriendo romper el ambiente conjurado. En “But Not Kiss” –del período en que podía dormir con su ex por el cariño que hubo, pero nada de besos– parece dialogar con unos enfáticos fraseos de piano y batería hasta rematar con unos simples “yeah, yeah” a los que se queda enganchada hasta el final. También repite el recurso del mantra en “Thinking About You” o en “Lifetime”, con versos con sendos títulos repetidos durante unos minutos, acentuando el sentimiento al que no quiere añadir ni una palabra más.

De sus anteriores trabajos, conserva la perspicacia de decir mucho con pocas palabras, como “Right now I hate the colour of my house” en “Wanna Quit All The Time” o “I know you haven’t told your mother yet / Cause she invited me over again / But I’m not surprised / It’s something you do all the time” en el tema titular. Por cierto, en la primera de ellas y en la enérgica “He Loves Me Yeah! (¿irónica?) participa Nels Cline, guitarra de Wilco. No es el único ilustre colaborador en “Undressed At The Symphony”: su viejo amigo y paisano Lil Yachty canta en la juguetona “Lego Ring” con el Auto-Tune activado, que, curiosamente, sirve en la siguiente para dotar a la voz de Webster de un temblor que hace aún más delicada “Feeling Good Today”, su particular “Un buen día” o cómo centrarse en las pequeñas cosas para salir adelante tras el trastazo.

La sutileza y el mimo con que viste su languidez y su pereza natural generan un colchón etéreo y acogedor en el que sentirse arrullado, si bien en ocasiones, como en “eBay Purchase History” o en “Tttttime”, el efecto puede ser sedante. Con todo, los momentos con pellizco no escasean y es destacable que a su joven edad haya alcanzado ya un estilo claramente diferenciado de tan buena y abundante competencia en su sector. Avanzando un paso con cada nuevo disco, genera la sensación de que su gran obra está por llegar. Pero teniendo en cuenta que el relajo forma parte de su personalidad artística, quizá eluda ese objetivo que se imponen otros artistas, y el de este “Undressed At The Symphony” sea convertirse en un puerto en el que fondear. ∎

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