“Instrument”, publicado en Mego en 1995, es el primer disco (EP en este caso) de Christian Fennesz: cuatro piezas cargadas de energía, electricidad estática y tensión electrónica. De todas ellas, la última, “Instrument 4”, la más meditativa y misteriosa, puede verse como puente directo hacia su primer álbum, “Hotel Paral·lel”, aparecido también en el sello del difunto Peter Rehberg (colaborador e íntimo amigo de Fennesz) dos años después. Obra de culto entre los seguidores del austriaco y disco clave del drone, el guitar noise y la música experimental de los 90, vuelve a reeditarse ahora en Editions Mego coincidiendo con su 25º aniversario, con remasterización de Stephan Mathieu y la inclusión, entero, de “Instrument” en la parte final.
Lo primero que hay que decir del disco es que suena igual de arrollador e impactante hoy que el primer día; incluso más aún, si cabe. Luego vendría el éxito (relativo, siempre dentro del universo independiente) de “Endless Summer” (2001) y “Venice” (2004), pero con este debut Fennesz se situó ya rápidamente como tótem de la investigación digital, junto a otras figuras clave como Oval, Labardford, Vladislav Delay, Porter Ricks o Farmers Manual. Su sonido visionario y expansivo, ensanchando las posibilidades de un formato a priori limitado como el del laptop + guitarra + pedales, fue una auténtica revelación en un momento en el que los ordenadores aún no eran habituales en el ámbito de la composición electrónica, e internet no había entrado aún masivamente en los hogares de la Europa occidental.
“Hotel Paral·lel”, llamado así por el hotel de la mítica calle de Barcelona en el que se alojó los días previos y posteriores a su primera actuación en Sónar (1996), es un disco serio e imponente, pero en absoluto pretencioso. El misterio que desprende tiene más que ver con la búsqueda constante de nuevos caminos que con un objetivo o una meta consciente; pienso, por ejemplo, en los hermosísimos teclados filtrados de “Nebenraum”, en el ambient plácido (primero) y amenazante (después) de “Dheli Plaza”, en las texturas rugosas de “Fa” o en los sutiles clics que cortocircuitan el discurrir apacible de “Uds”, como ojos intermitentes de búhos sobre las ramas de un bosque nocturno. Fennesz nunca le tuvo miedo al ruido (“Santora”, “Traxdata”) ni a las frecuencias enervantes (“Super Feedbacker”). Su conexión con la escena techno de Viena (Patrick Pulsinger, el propio Pita) y el Berlín de Basic Channel se deja notar en temas ligeramente más accesibles, más que nada por el bombo y el 4x4, como “Szabo” y, especialmente, “Blok M”. Y así como “Instrument 4” fue una puerta abierta a “Hotel Paral·lel”, el último tema de “Hotel Paral·lel” (“Aus”, con las guitarras más limpias y el ensayo de un nuevo paraíso) lo es a “Endless Summer”. Lástima que esta nueva reedición no haya conservado el maravilloso “5”, otro track del año 1995, editado en formato 7” en el sello vienés Syntactic, que sí se incluyó en la reedición del décimo aniversario (2007).
Probablemente, “Endless Summer” sea más redondo en su concepción y alcance emotivo, también más popular y canónico; pero para muchos este es el disco más significativo e influyente de su autor, el que mejor lo define y el que sienta las bases de una de las carreras más sólidas y abiertas de la vanguardia electrónica europea. ∎