Álbum

Flock Of Dimes

Head Of RosesSub Pop-Popstock!, 2021

Todo sabe fresco y radiante como el rocío de la mañana, si se me permite esta previsible imagen estacional, en el segundo álbum de Flock Of Dimes, el proyecto en solitario, quizá ya no tan paralelo, de la muy solicitada en su ramo Jennifer Wasner, imaginativa guitarrista y personal cantante de los todavía activos Wye Oak. Sello, producción, formas, temática, imagen, incluso la propia autora, más madura y consciente de sus enormes talentos musicales, resplandecen después de la tormenta, incluida la pandémica, esa que nos ha cambiado también a casi todos aunque la simple apariencia lo desmienta tras las alienantes mascarillas. Pero como suele pasar en tiempos difíciles, todo lo que tiene capacidad de renovarse indefectiblemente lo hace. El poderoso “Head Of Roses” es la prueba.

Ya avisaba “Like So Much Desire” (2020), un espléndido EP digital con cinco piezas exclusivas que sirvió de puente entre el pasado meritorio y la profunda hendidura que se entrevé ahora. Escarificadoras contrariedades personales mediante, “Head Of Roses” nos llega como una continuación natural, con todas sus propiedades catárticas abiertas en carne viva y ese estrato de autenticidad que suelen contener los álbumes que nacen para ser escuchados de principio a fin. Su potente trasfondo emocional lo sitúa entre los grandes discos de rupturas, género insuficiente como cualquier otro sin el primer plano sensible de las grandes canciones, esas cuyas melodías, texturas y estructuras consiguen eludir la tentación de los estándares facilones. Buen ejemplo de ello es la inicial 2 Heads”, un corte de electrónica interior de cuyo mágico desgarro cuesta desprenderse hasta que un medio tiempo de sutiles guitarras shoegaze titulado Price Of Blue” te impulsa a reanudar este viaje de descubrimiento íntimo que Wasner propone para curar las heridas y reconciliarse con el mundo de alrededor.

La chica que vino de Baltimore con el corazón roto y una voz cristalina llena de matices corrobora a sus treinta años pascuales el propósito de conquistar gentilmente este cosmos musical fraccionado que ya no se asombra por nada. Es primavera y “Head Of Roses”, un álbum sentido, coherente, renovador, producido con la delicadeza del orfebre, promete sumarse en firme a la lista de obras maestras gestadas durante la peste viral que nos asola. El tiempo dirá. ∎

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