Álbum

Four Tet

Sixteen OceansText, 2020
¿Es justo reclamar originalidad a un artista tan único como Kieran Hebden? Al fin y al cabo, estamos hablando de un productor que remezcla a grandes estrellas del pop mientras se mantiene radicalmente underground, que ha elevado su propuesta en vivo con suntuosos shows lumínicos a la vez que ha refinado un sonido dominado por los beats garageros, la melodía embelesadora y un gusto por el sampleado de viejas grabaciones folk.

Como su predecesor, “New Energy” (2017), “Sixteen Oceans” bascula entre el desenfreno clubber y el relajo balsámico, pero es en esa segunda vertiente donde se acumulan las novedades. Por un lado, el disco se alimenta de trinos vía samples, títulos y otros recursos musicales para reforzar ese componente de ensoñación melancólica que ha definido su obra. Ejemplos hay varios: “Baby”, uno de los pocos momentos vocales del álbum, con la parte de Ellie Goulding troceada y modificada, recoge lo mejor de esos dos mundos por los que se mueve Four Tet. Y “Teenage Birdsong”, una rara avis dominada por flauta y beats hip hop que solo él podría facturar y convertir en hit.

Por otro lado, encontramos una segunda mitad que bucea en las aguas del ambient. Buena parte de ella dominada por interludios minimalistas con títulos que denotan un significado personal para el autor, pero coronada por momentos de gloria como “Green”, bienvenida con más cantos de pájaros en una suerte de consagración de la primavera y nuevo florecer musical, y “4T Recordings”, un monumento a la memoria musical, los espacios vacíos y el eco. ∎

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