Disco destacado

Godspeed You Black Emperor!

Lift Yr. Skinny Fists Like Antennas To Heaven!Constellation-Kranky-BOA, 2000
Lo peor de destacarse en la vanguardia es la responsabilidad de mantener las expectativas creadas en torno a los propios logros. Afortunadamente esta comunidad de músicos de Montreal logra una vez más extender los límites expresivos y emotivos de la música instrumental, aquellos que dinamitaron en su debut “F♯ A♯ ∞” (1997) y en el EP “Slow Riot For New Zero Kanada” (1999). Este álbum es doble, con cuatro caras (“Storm”, “Static”, “Sleep” y “Antennas To Heaven”; en la versión de vinilo editada por Constellation. El CD, también doble, bajo marca Kranky) fragmentadas a su vez en “movimientos”. Pero aquí acaba cualquier tentación de rock sinfónico. Todo lo demás es pura actitud punk anarquista y revolucionaria; son una especie de “comuna” de espaldas a la industria y los medios (una de sus escasísimas entrevistas apareció en Factory 22), si bien musicalmente no pueden estar más lejos de lo “punk”. En realidad están lejos de casi todo (aunque a veces se acerquen aquí a la fusión ideal de Spiritualized con Michael Nyman y otras a la fuerza de The Ex explorando el krautrock más ambiental).

No voy a caer en la tentación de describir la música a golpes de metáfora porque sería estéril. La conjunción de los drones atmosféricos (eléctricos o acústicos), las escaladas de cuerda, las acometidas de percusión marcial, el ruido… Es tan mágica que el conjunto parece un milagro, una auténtica fuerza de asalto expresiva irresistible tanto en la sutileza como en la grandiosidad, entre las que fluyen con superdotada facilidad (¡qué sentido del clímax!) abrumando nuestra capacidad de reacción. Esta música arrebata, es muchísimo más que la suma de sus componentes: el crescendo obsesivo de “World Police And Friendly Fires” que explota en una nota eterna convertida en la fantasmagórica “The Buildings They Are Sleeping Now” al final de “Static”; el pasaje que cierra “Storm” en torno al piano; la angustiosa intensidad de “Monhein” en el eje de “Sleep” y su éxtasis final, la estremecedora “She Dreamt She Was A Bulldozer She Dreamt She Was Alone In An Empty Field”... Hay tantos momentos sublimes.

Elevando las antenas hasta el cielo.
Elevando las antenas hasta el cielo.
Si el debut era más sugestivo y “cinematográfico”, este álbum, en la línea del mini-LP, resulta más orgánico, va más allá de la “banda sonora que crea una película imaginaria” porque el poder de la música devora cualquier otra referencia sensorial. La única contextualización externa la dan, como siempre, grabaciones de ambiente de conversaciones (reinciden en los predicadores catastrofistas y evocan una enternecedora nostalgia con los recuerdos de juventud de Coney Island de Murray Ostril, punto de partida de “Sleep”). Lo demás es un universo musical en sí mismo cada vez más autocontenido. Otra novedad es que el viento de desolación que suele sugerir la música de Godspeed You Black Emperor! se vuelve en ocasiones hacia dentro, trasladando el apocalipsis del cual nos hacen espectadores a nuestro propio interior: “Sleep” y “Antennas To Heaven” consiguen doler como bofetadas en el alma.

Puede que a estas alturas la infalible fórmula de Godspeed You Black Emperor! sorprenda menos, algo inevitable en propuestas tan extremas, pero ¿para qué cambiar algo que funciona tan bien? Estamos en el camino más brillante de resurrección de la música de origen rock (“epic ambient”, según la denominan ellos mismos). ¿Para cuándo en directo en nuestros escenarios? ∎

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