Gossip

Gossip han regresado doce años después de su parón: de 2012 es “A Joyful Noise”, su último disco de estudio hasta la fecha. Sin embargo, en 2019 realizaron una gira internacional con motivo del décimo aniversario de “Music For Men”, un neoblues de luces y sombras por ser considerado un experimento a medio gas. Además, en sus años de ausencia, Beth Ditto lanzó un álbum en solitario: “Fake Sugar” (2017) era un ejercicio en la línea soulera de la formación (tan acorde al timbre de su vocalista), pero más cercano al rock de pura cepa que al synthpunk.

“Real Power”, como buen comeback, junta un poco de esto y un poco de aquello. Integra el minimalismo de Ditto en solitario, el punk underground de la onda “Meet Me In The Bathroom”, el dance orgánico del álbum de 2009 anteriormente mencionado, y las pinceladas de tradición afroamericana que acompañaron al conjunto hasta su separación. No obstante, su nuevo trabajo suena antiguo, como si entre “A Joyful Noise” y “Real Power” nunca hubiese existido una década de silencio: de algún modo, suena a todo aquello que a posteriori propició la aparición de bandas como Special Interest y Shannon And The Clams (si me apuras, también hay algo de Gossip en Water From Your Eyes). Sin embargo, en el trabajo también se aprecia que el grueso sonoro del cuarteto se produjo en una época donde “lo cool” era ir a un festival a ver a The Drums, Phoenix o Deerhunter: la moda tardo-dosmilera de la Spring Reverb hipercomprimida y afunkada impregnó, ya sea de forma consciente o inconsciente, la escena indie anglosajona. Así, su sexto disco de estudio se enmarca en unas directrices sónicas muy focalizadas: la escena a la que Gossip pertenece ha avanzado demasiado desde que cesó su actividad.

Ese garage-punk-retrofuturista que abraza el paraguas del indie sleaze no despunta por su heterogeneidad, sino que su resultado es un disco efectivo donde ningún elemento sobresale por encima del otro, integrándose entre sí a través de un viaje en el que lo más llamativo es un nu-discopunk que parece llegar tempranamente a un revival del género: los claps a pulso débil de “Edge Of The Sun” o “Don’t Be Afraid”, las guitarras funk sincopadas de “Give It Up For Love” o “Real Power” y los bajos electrónicos y octavados contrastan con el L.A. surf de “Turn The Card Slowly” o el soul de “Act Of God”. En un momento donde toda nostalgia es ochentera y cuantizada, Gossip revisita la música de la Motown a través del libre albedrío del punk.

En otro ámbito, “Real Power” mantiene el compromiso político de Ditto y los suyos: el de Gossip es un tratado ideológico a través del baile y la corporalidad, la pista como espacio liberador y revolucionario y el discurso de clase que no demoniza el entretenimiento. Sin embargo, en caso de que podamos hablar de subversión lo haríamos a través de un plano sonoro o estético: es un disco con mayor carga amorosa que de costumbre, salvo por la canción homónima (acerca del movimiento Black Lives Matter y las protestas en Washington D.C.). En un momento en el que la categoría de indie sleaze aparece con mayor frecuencia como tendencia de la fast fashion que como género musical, lo político de Gossip no tiene por qué residir, necesariamente, en sus letras. ∎