“La cantera” (2022), el primer trabajo de
Guitarricadelafuente, ya había demostrado que el valenciano era mucho más que una cara bonita y un fenómeno en TikTok, y también había dejado clara su sensibilidad barroca y lírica y su gran capacidad para dibujar metáforas en torno a unos pocos elementos. En este sentido, su segundo álbum no dista mucho, pero sin embargo logra cambiar casi por completo el enfoque, por resumir mucho, redirigiendo sus preocupaciones desde lo colectivo hasta lo individual. Y explorando su individualidad, y sus deseos, que son el impulsor fundamental de
“Spanish Leather”, Álvaro Lafuente consigue abrirse así a lugares más universales. Si “La cantera” apelaba a una España rural y vaciada y se quedaba rondando siempre los mismos lares, dedicando tiempo a respirar cada brizna y olfatear cada flor, su sucesor parece relatar el éxodo de Guitarricadelafuente en todos los sentidos: un éxodo social y geográfico como el que retrata la magistral
“Futuros amantes”, pero también un éxodo sensorial y personal. El valenciano usa un lenguaje menos monumental y más explícito, más callejero y desenfadado, y retorciéndose en él se libera completamente de cualquier limitación, y de cualquier prejuicio. “Spanish Leather” es un disco sensual y sexual, físico, sinestésico, que cambia el naturalismo y la égloga por un hedonismo carnal.
El propio Guitarrica lo presentó como el resultado de un impulso por
“dejarme llevar por una intensidad insaciable en busca de algo real”, y cada palabra adquiere sentido completo a lo largo de sus doce canciones, que funcionan como una especie de viaje de autodescubrimiento durante un intensísimo verano del amor. De la intimidada rural y de un álbum trabajado mano a mano con Refree, Álvaro llega a Madrid y pasa por la Barceloneta y Granada, hace nuevos amigos, sale, se desmelena, se emborracha, folla y acaba en Los Ángeles terminando de producir su nuevo disco con Carter Lang (SZA) o Jasper Harris (Playboi Carti, Tate McRae, Camila Cabello…). “Spanish Leather” de algún modo rejuvenece su propuesta, le da un valor menos mortuorio y más vitalista, y se mete en el barro de una forma claramente más sugerente, con pablopablo como productor principal reforzando el componente desiderativo de las voces procesadas –especialmente en la inicial
“BABIECA!” y en el gran single del trabajo,
“Full Time Papi”– y un plantel de colaboradores vinculados al círculo rusia-idk que incluye a Teo Planell o a TRISTÁN!, aunque Refree siga apareciendo en los créditos de canciones como
“Poses”. Si Rosalía era solo un eco distante en su debut, hoy
“Puerta del Sol” dialoga con ella directamente en el lenguaje de Sufjan Stevens, o
“Pipe Dream” en el de Kiko Veneno.
En
“Quién teme a la máquina?”, canta –con su curioso engole y siempre un poco aflamencado–
“Quemando el estéreo encuentro el remedio, ¿te vienes en serio? Y se nos pira tan rápido”, pero no hay bombos ni sobresaltos electrónicos en todo el trabajo salvo en el Jersey club sugerido al fondo de “BABIECA!”, que quiere reflejar esa pulsión incontrolable de la que Álvaro habla, esa potencia animal, ese
“fuego demasiado poderoso”, tanto como el dejarse llevar asociado a la fiesta:
“Me sube la flor de tu perfume. La vida te consume. Bailé y me entretuve, es mi condena”. En la preciosa
“Port Pelegrí”, y rememorando el optimismo naíf de la indietrónica, deja una de las imágenes más románticas del disco, pero también es una de las más sexuales:
“Com m’agrada si et poses nua a la platja. Comença el calor, els joves busquen el sol y se calientan los motores. Tu culo en la Barceloneta es folclore”.
“Está caliente de cojones, acompáñame a los campos españoles”. El de Benicàssim lo trufa todo de metáforas sensoriales, de cuerpos sudorosos que casi se pueden tocar. De flores que representan la nostalgia, el arraigo, la delicadeza, la sensualidad y el romanticismo; y de caballos, con sus crines y sus portes elegantes y magníficos, símbolo de potencia, de virilidad, de una pasión urgente, animal e incontrolable, pero también de lealtad y honestidad.
“Hoy me escapo como un potro buscando la flor de loto”, canta en
“Mataleón”, una increíble balada mutante que discurre entre sutilísimos
noises y un Wurlitzer sobrecogedor con un estribillo inapelable.
El clasicismo, dentro de su peculiar modernidad, se le presupone a Guitarrica, en cualquier caso. Por el disco se cuelan referencias tanto líricas como musicales a Mecano, y hay un par de guiños imperdibles al pop italiano, con ese
“estoy telefonando” de “Full Time Papi” que parece honrar a la grandísima Mina, o toda la instrumental de
“Tramuntana”, que va con el viento, como el propio Lafuente, hasta la idílica Riviera de Liguria, rozando por un segundo el pop lírico sin caer en la parodia y el extremo como unos Papa Topo o una Rigoberta Bandini, pero sin renunciar además al humor. El mayor hallazgo de Guitarricadelafuente en su segundo álbum es haber conseguido no tomarse tan en serio una propuesta aparentemente tan seria, y tan intensa.
“No le pongas el freno a esta velocidad. Convéncete. No le pongas barrera. Sucumbe al amor, y a las corrientes”. Algo en “Spanish Leather” me hace pensar en lo mucho que hemos cambiado para bien, aunque a veces no lo parezca, y que quizá es el disco que le hubiera salido del alma a Pablo Alborán si el sistema no hubiera castrado sus impulsos naturales. Álvaro
“casi muere en el intento”. ∎