I’m With Her

Hay discos que son como esas amigas que no ves desde hace años, pero que al rencontrarlas todo encaja como si no hubiera pasado el tiempo. O como ese primer sorbo de café mañanero: reconfortante, cálido y sin complicaciones. Así es “Wild And Clear And Blue”, lo último del trío I’m With Her, formado por Sarah Jarosz, Aoife O’Donovan y Sara Watkins. Desde aquel encuentro casual en Telluride en 2014, estas tres artistas han demostrado que algunas colaboraciones estaban destinadas a funcionar desde el minuto uno.

En un momento en el que bandas como boygenius (Phoebe Bridgers, Julien Baker y Lucy Dacus) apuestan por el dramatismo emocional, y proyectos como The Wonder Women Of Country (Kelly Willis, Melissa Carper & Brennen Leigh) tiran por el honky tonk clásico, I’m With Her elige otro camino: más etéreo, delicado, casi como si sus canciones flotaran sin esfuerzo aparente. Un disco de esos que funcionan genial mientras ves el atardecer y finges que la vida no te está pisando los talones.

El arranque del álbum es como entrar en un paisaje en plena luz del alba. “Ancient Light”, con Sarah Jarosz al frente, es una apertura evocadora, llena de matices rítmicos que bailan en un tempo atípico y casi mágico. “Wild And Clear And Blue” recupera esa nostalgia dulce y agridulce de las canciones de infancia, con referencias claras a “Love At The Five And Dime” de Nanci Griffith y “Paradise” de John Prine. Aquí destacan especialmente el violín de Watkins, el piano de O’Donovan y el octave mandolin de Jarosz, que juntos crean un ambiente perfecto para ponerte sentimental sin pedir perdón. Este primer bloque lo cierra el encantamiento de una hermandad ancestral en “Sisters Of The Night Watch”, con versos como “I feel my soul resonate with thee” y “Ancient lights are still guiding”, que reflejan esa búsqueda interna de quien se siente perdido pero encuentra alivio al formular un conjuro con quienes comparten sus dudas y secretos.

En la parte central del disco la emoción se intensifica. “Different Rocks, Different Hills” explora con delicadeza las complicaciones del amor y los caminos vitales que a veces se bifurcan. Le sigue “Standing On The Fault Line”, que baja revoluciones con una balada lenta y reflexiva, en la que destaca la voz de Watkins, llena de matices gracias a su sencillez y vulnerabilidad. El bloque central se remata con fuerza en “Mother Eagle (Sing Me Alive)”, un subidón emocional donde las tres voces se unen magistralmente, aunque a ratos echamos en falta algún contrapunto o giro inesperado que rompa con tanta perfección técnica.

Hacia el final, el álbum se adentra en territorios más introspectivos. “Only Daughter” nos devuelve esa pausa melancólica, para justo después dejar paso a la brillante “Find My Way To You”, con Jarosz luciéndose con su mandolina en un arrebato técnico que levanta el ánimo. La instrumental “Strawberry Moonrise” funciona como un puente suave hacia el cierre definitivo del álbum.

En este punto, aunque el disco es técnicamente impecable, ya nos hemos dado cuenta de que no ofrece grandes sorpresas ni sacudidas que lo conviertan en una experiencia impactante o memorable a largo plazo. Aunque luego llega el tema “Year After Year”, que sorprende en este tramo final, con un giro de frescura que evoca ecos setenteros y una vitalidad irresistible. Finalmente, “Rhododendron” cierra el álbum de forma reposada y poética, sintetizando perfectamente la esencia emocional del trabajo: belleza, armonía y serenidad.

En resumen, “Wild And Clear And Blue” confirma que Sara Watkins, Aoife O’Donovan y Sarah Jarosz tienen su propia parcelita en el folk contemporáneo. I’m With Her entregan un álbum impecablemente producido, honesto emocionalmente y con una musicalidad exquisita, aunque sin lanzarse a fondo en ningún compromiso político o mensaje incómodo. La pregunta que queda flotando en el aire es si esta belleza tan agradable y pulida es suficiente o si a la música también se le debe exigir algo más de riesgo y picardía. Todas las respuestas son válidas. ∎