Álbum

Isobel Campbell

Bow To LoveCooking Vinyl-Popstock!, 2024

“Bow To Love” es un álbum confortable y plácido en cuanto a las sensaciones que produce, no cómodo en el mal sentido. Isobel Campbell no se apoltrona. Solo es que encontró un ambiente muy placentero en el estudio, al volver a trabajar con su marido, Chris Szczech, como productor. Disfrutó de la sensación de entenderse el uno al otro con facilidad, dice. Y a eso achaca la sensación de calidez e intimidad que produce el disco que da continuidad a “There Is No Other” (2020), aunque no todos los temas que afronta en sus letras son un bálsamo. De nuevo, Campbell apunta a una diversidad de estilos sin perder la coherencia de su particular forma de hacer: para ella todo forma parte de un camino en el que van confluyendo retazos de toda su trayectoria, de su participación en Belle & Sebastian y The Gentle Waves a sus colaboraciones con Bill Wells y Mark Lanegan, además de su propia trayectoria en solitario. Todo suma y “Bow To Love” se enriquece con esa seguridad que dan los años.

Con más ritmo de guitarra acústica arpegiada que en la original y unos sencillos violines, da una concentración muy beneficiosa a “Why Worry” de Dire Straits, la única canción que no es composición propia, y la convierte en una reconfortante y estimulante nana adulta. Es el perfecto colofón a un disco en el que Isobel se mueve entre el comentario a algunas cuestiones contemporáneas y el apoyo en cierta espiritualidad para aferrarse con más fuerza y tranquilidad a los avatares del amor y las relaciones. En este sentido la pieza más evidente es “Om Shanti Om”, en la que la de Glasgow repite el sencillo mantra en busca de la paz y el equilibrio mental sobre un arpegio de guitarra y un contrabajo, y unas cuerdas que van creciendo, y un oboe que se suma en armoniosa belleza. Y bien sencilla: la escocesa no ambiciona predicar autoayudas o hippismo, solo es otra forma de explorar el poder emocional del candor de su voz. También “Dopamine” se mece en el pulso minimalista de una caja de ritmos y en la preciosa melodía que va elaborando con esa sensación de placentera somnolencia a lo Slowdive. El título de la ensoñadora “Keep Calm, Carry On” ya lo dice todo.

Sin embargo, en otros momentos pisa firme en la realidad: el inicio con Everything Falls Apart parte de sonidos electrónicos muy contemporáneos, sin necesidad de que Isobel eleve su habitual tono de voz susurrante para enfrentarse a la masculinidad tóxica (Quit stepping on my heart, you son of a bitch). Y pasa con toda naturalidad del folk espartano de Do Or Die, que se va engalanando con el gusto por las cuerdas que siempre ha practicado, a un tono más psicodélico en Second Guessing para afrontar un amor que hiere y no avanza, o a un riff velvetiano de guitarra eléctrica con melodía a lo Stereolab en 4316 para concluir que el mundo está hecho un lío, atrapado en relaciones de falsas apariencias y odios infundados, y que es necesario escapar de él. En la delicadeza y variedad de recursos sonoros, sin ser un disco nada recargado, encuentra Isobel Campbell poderosas herramientas para hacer frente con belleza, serenidad y misterio a los embates de la realidad cotidiana. ∎

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