Arropado por uno de sus colaboradores de los últimos años, el tucsoniano Tommy Larkins a la batería, y por su compañero de andanzas en los Modern Lovers, Jerry Harrison a los teclados y producción, Jonathan Richman se lanza a tumba abierta en su nuevo álbum por los caminos que mejor conoce. No son los dos únicos colaboradores de “Only Frozen Sky Anyway”, pero sí los que respaldan con precisión el sonido característico, desnudo, básico, de la voz y guitarra acústica de Richman. Las vocalistas Lynn Asher, Tracy Blackman y Aishlin Harrison –ya presentes en un tema del anterior “SA!” (2018)– son determinantes en las bellas armonías folk-rock de “But We Might Try Weird Stuff”, pero el trío guitarra-batería-teclados, o un más crudo guitarra-batería, mandan a lo largo y ancho del disco. Como prueba, la particular, emocional y antiversión disco del “Night Fever” compuesta por Bee Gees para “Fiebre del sábado noche” (John Badham, 1977), ejecutada por Richman y Larkins.
“I Was Just a Piece Of Frozen Sky Anyway”, con su reflexión sobre los cambios –“Cuando haga mi transición / Quiero que todos sepan que solo cambié de posición / Solo estaba congelado en el cielo / De todos modos / Cuando haga mi cambio / Quiero que todos sepan que no es un gran cambio”–, posee el ritmo y la lírica entrecortada que lo caracterizan, del mismo modo que la rítmica y el estribillo de “Dog Star” son contagiosa marca de la casa del autor de “Roadrunner”, y “That Older Girl” es una de sus habituales y suculentas delicias pop-folk, o folk-pop, de nuevo con la sencillez expresiva de la batería del ex Giant Sand y la vieja acústica de seis cuerdas de Richman. Los coros de Harrison, John Rubin y el guitarrista Tommy Dumbar potencian el acento blues de “You Need Me To”, un lamento y una plegaria. “Se va pa’ volver” es el guiño flamenco-fronterizo cantado en su particular español. “Little Black Bat” resulta una alegre curiosidad meridional compuesta con el músico sardo Mauro Vacca. “O Guitar” emerge como una confesión íntima a su instrumento predilecto; la canción parecería influenciada por Talking Heads si no fuera porque el combo de David Byrne (y Harrison) ya estuvo influido por The Modern Lovers. En la lucha titánica entre “David & Goliath” se cuela un juguetón teclado new wave-ska. La despedida es en clave hinduista con dos temas de Paramahansa Yogananda (1893-1952), yogui y gurú clave en el conocimiento del hinduismo en Occidente y una suerte de líder espiritual para Richman, que lo ha versionado en repetidas ocasiones. Son “The Wavelet” y “I Am The Sky”, acompañado en ambos por su esposa Nicole Montalbano ejecutando los efectos ondulantes de la tambura. ∎