Álbum

Joni Mitchell

Joni’s JazzRhino-Warner, 2025

La grandeza de Joni Mitchell está fuera de toda duda. Y aunque su último álbum en estudio con material original se remonta a 2007 (“Shine”), el amplio surtido de recopilaciones que Rhino ha emprendido en los últimos años sirve para mantener la llama muy viva y recordar el caudaloso corpus creativo de la cantautora nacida en la provincia canadiense de Alberta en 1943.

“Joni’s Jazz”, de explícito título –y portada: feliz junto a Herbie Hancock y Wayne Shorter–, abraza –o eso pretende– la influencia que el jazz ha tenido en la autora de “Blue” (1971) a lo largo de su trayectoria. Precisamente el tema titular de este álbum es el que sirve para descorchar una oferta desbordante –en cuatro CDs u ocho vinilos– que contiene 61 canciones seleccionadas por la propia artista para desbrozar su vínculo con la corriente sanguínea jazzística, dejando claro que la influencia de esta música ya estaba patente en los inicios de su carrera, aunque arreciera con más potencia en álbumes como “The Hissing Of Summer Lawns” (1975), “Hejira” (1976), “Don Juan’s Reckless Daughter” (1977) y “Mingus” (1979); en este último, acompañada por un cast de lujo en la materia: Jaco Pastorius, Hancock, Shorter, Don Alias o Peter Erskine, algunos de ellos ya presentes en LPs anteriores.

En “Joni’s Jazz” queda constancia de todos los discos citados, además de otros más tardíos como “Taming The Tiger” (1998), “Both Sides Now” (2000) y “Travelogue” (2002), pero también de obras primigenias que cimentaron su reputación como “Song To A Seagull” (1968), “For The Roses” (1972), “Court & Spark” (1974) y el mentado “Blue”. También hay rescates de “River. The Joni Letters”, el disco que Hancock le dedicó en 2007, y de “Gershwin’s World” (1998), otro álbum de Hancock donde Joni reinaba con sus acercamientos de “The Man I Love” (aquí presente) y “Summertime” (cazada aquí en el Newport Jazz Festival en 2022). También hay inéditos: las demos de “Moon At The Window” y “Be Cool” –ambas terminaron en “Wild Things Run Fast” (1982)–, el “Trouble Man” (Marvin Gaye) que cantó en el álbum de debut de Kylie Eastwood (“From There To Here”, 1998), una primera versión de “Sweet Sucker Dance” (de “Mingus”), dos directos de 1979 –“Hejira” y el “Goodbye Pork Pie Hat” de Charles Mingus– y una generosa ración (seis cortes) de “Taming The Tiger” (1998), un disco que la autora siempre ha reivindicado y que nunca fue muy valorado en el momento de poner la lupa sobre su discografía (piezas como “Harlem In Havana” y “In France They Kiss On Main Street” exigen atención).

Probablemente Mitchell –con contadas apariciones en directo en los últimos años– nunca nos entregue ya material fresco, pero compilaciones como esta no solo ayudan a otear la enormidad de su cancionero: son, también, una invitación a perderse felizmente en el jardín de delicias –jazzísticas o no: el género admite múltiples afluentes– de Roberta Joan Anderson, una creadora gigantesca. ∎

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