No sorprende que Karl Bartos sea un gran admirador de la República de Weimar, un momento de la historia alemana tan resonante y rico en imágenes. A este período pertenece la película muda “El gabinete del doctor Caligari” (1920), obra maestra del cine expresionista dirigida por Robert Wiene. Con Kraftwerk, Bartos había participado ya en la composición de “Metropolis”, tema perteneciente al álbum “The Man Machine” (1978), inspirado en la película homónima que Fritz Lang, primer director propuesto para filmar “Das Cabinet des Dr. Caligari”, había realizado en 1927.
Bartos, que solo ha sacado dos discos en los últimos veinticinco años, “Communication” (2003) y “Off The Record” (2013), reincide en el método del segundo: desempolvar viejas composiciones procedentes, en este caso, de sus días anteriores a su ingreso en el régimen post-weimariano de Kraftwerk. Sobre esa base ha creado nuevas partituras adaptadas a las imágenes restauradas de la película, subtitulándolas muy acertadamente como “música narrativa de cine y diseño de sonido para el thriller psicológico de Robert Wiene”. El sello Bureau B acaba de publicar sendas cajas en CD y vinilo con el DVD de la película reestrenada el pasado 10 de febrero en Alsdorf. Le seguirá una gira que se llevará a cabo en este 2024.
Pocas historias cinematográficas como la del malvado Dr. Caligari y su zombi Cesare, una plausible alegoría sobre el autoritarismo y la obediencia ciega que algunos estudiosos califican de profética con el régimen nazi tras la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial –el Tratado de Versalles entró en vigor justo el mismo año del estreno de la película–, se ha prestado a tantas revisiones musicales: Bill Nelson –electrónica–, Rainer Viertblöck –guitarra, sintetizador y acompañamientos–, Timothy Brock –piano y cuarteto de cuerda–, Edison Studio –electroacústica–, los directos de Monomyth, TaaPet, Chatterbox Audio Theatre, Caliza o los valencianos MKM, la reciente de Toundra y hasta una ópera a cargo de John Moran en 1997. Todas ellas se suman a la obra sinfónica original del italiano Giuseppe Becce.
A los 71 años, Karl Bartos añade a su legendario paso por Kraftwerk lo que aspira a ser la mejor banda sonora de este clásico del cine de terror. Lo consigue proponiendo con sus treinta y siete piezas una concisión sonora inédita en la mayoría de los trabajos señalados, a menudo lastrados por recursos habituales del género como las improvisaciones. Bartos ha preferido crear sus propias orquestaciones electrónicas con la ayuda del ingeniero de sonido Mathias Black. “In Search Of The Truth”, la pieza más larga –casi ocho minutos–, recuerda al Bernard Herrmann de “Psicosis”, y “Scary Movies” lo hace a John Carpenter. Pero estas familiaridades y otras que remiten a la música clásica germana, incluida la atonal –sin abusar–, el folk centroeuropeo o el minimalismo anglosajón, no le restan originalidad y fuerza a la música de un Bartos que parece haberse estudiado a fondo la película ideando con acierto los títulos de las piezas y esforzándose en destilar sonoramente la enorme potencia expresiva de cada secuencia.
El músico alemán compone temas específicos para los diferentes contextos y personajes de la cinta, variándolos a lo largo del metraje. “Prologue” –y “Epilogue”– marca el paso con su sentimiento dramático, melancólico y terrorífico (un “clúster” de órgano se hace aquí imprescindible); “Jane’s Theme” es el que más se acerca a las armonías de Kraftwerk y su viejo Orchestron; “At The Funfair” contiene un apropiado aroma austrohúngaro lúdico-siniestro; “Full Of Life” apela al barroco alemán vía Wendy Carlos; los cortes destinados a su catatónico héroe trasmiten un angustioso dinamismo con detalles ambient como el de “Cesare’s Attack And Escape”… Herr Bartos, fuerza creativa casi anónima tras la deidad binaria Schneider-Hütter –el primero tristemente fallecido en 2020–, aunque igualmente adscrito a las escalas geológicas en esto de hacer música nueva, ha conseguido lo que Kraftwerk no han hecho en más de veinte años. Puede retirarse tranquilo. ∎