Álbum

La Tania

AMORÍOS. LA VERDAD DE MI COPLILLASony, 2025

Tania García, actriz y cantante, se había presentado musicalmente en 2019 con “Jardines”, pero con una propuesta en la línea del pop romántico comercial, un proyecto aquel con el que no se reconoce: “Ese disco no me pertenece, no era mío”, subraya. Así que es ahora cuando renace como La Tania (El Campello, 1987), y con “AMORÍOS. LA VERDAD DE MI COPLILLA”, que siente como su (verdadero) primer álbum. Y consigue plasmar un disco completísimo, donde el resultado es más que notable. Menuda manera de recuperar y modernizar un género como la copla a la manera del siglo XXI. Ha ayudado mucho contar con nusar3000 a la producción, la colaboración del guitarrista Yerai Cortés (su pareja) y la colaboración como asesor y director artístico de C. Tangana. Es un disco de exculpación, donde la temática reside en ese proceso de pasar página a una crisis amorosa. Y que conecta o se complementa con el contenido de la película “La guitarra flamenca de Yerai Cortés” (2024) dirigida por Antón Álvarez (C. Tangana). Un hito importante es que la voz de La Tania, sin querer estar siempre en un primer plano, brilla como ella sola.

MONIGOTE” abre el álbum con unos ritmos muy árabes, una sonoridad muy mediterránea, una guitarra eléctrica aguerrida, arreglos en onda magrebí, y efectos de voz. Un acierto. “QUERELES” es una canción de autoafirmación, de “roneo”, con unos ritmos que son como sketches de la vida que tienen un punto urbano. Y esos coros masculinos con efectos: “Me gusta tu cara, tu pelo, tus ojos, tu boca…. Pero no se toca”. El juego de la seducción y también del orgullo femenino, y del hasta donde yo diga. Otra sorpresa. “BESITOS DE OTRO” tiene un arraigo más clásico, una guitarra que planea, unos coros sinuosos. Otra maravilla. “AWITA” también tira de leves beats que subyacen como estructura escondida, pareciendo percusiones como golpes en las mesas o un cajón, con el “ay y ay, la sed que tengo y awita no hay”. Otro acierto.

MAL D’AMORES” tiene ese poderío de la balada y un deje de jazz elegante, aunque luego sale la vena coplera-flamenca, “sola con mi aguardiente y que nadie me lo quite, que es el que a mí me entiende”. Tienen mucho de coraje y de bravura estas letras de autoafirmación, de lucha. Y prosigue con una versión de Juanito Valderrama, que está a la altura del original. “EL EMIGRANTE. La Tania en París”, que pone el acento en la nostalgia, en el orgullo de tu tierra, de tus raíces. Consigue que la copla se desprenda de las connotaciones políticas, de la caspa. Esta versión viene traída porque La Tania estuvo dos meses en París curando su mal de amores. Y se rencontró con la música. Las canciones como salvavidas. Luego llega un momento culmen, “LOS ALMENDROS”, junto a Yerai Cortés, canción que aparece en el documental (y en el disco de Yerai) y que acaba de ganar el Goya como mejor canción original. Es una pieza en la que brota la naturaleza, y exhibe en su desnudez la pasión y el sacrificio del amor. Puro esplendor. Pura magia. Se cierra el álbum con un homenaje a C. Tangana: “UN BESO DE MI COMPARE – Gracias Pucho”. Ahí Cortés exhibe su arte a la guitarra con quiebros, con ese sentimiento que va, viene, palmas mediante. Es el colofón ideal como algo festivo con coro grupal que se viene arriba en el estribillo. Qué bonita manera de recuperar la copla y darle una preciosa capa de modernidad (mis felicitaciones a nusar3000 y al resto). Las raíces nos interpelan, claro que sí. Y hay artistas como La Tania que saben darle una vuelta a las esencias, y devolverlas a su lugar. ∎

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