Álbum

Lana Del Rey

Norman Fucking Rockwell!Polydor-Interscope-Universal, 2019
Durante su carrera, Lana Del Rey ha demostrado ser una insondable contradicción, y su nuevo álbum, el clásico instantáneo “Norman Fucking Rockwell!”, no ayuda a descifrar el enigma Lizzy Grant. Habrá quien interpretará la exhibición confesional de un sexto disco que llega en el clímax de su carrera como la venganza hacia los haters que la veían como una impostada femme fatale patriótica para la era del VSCO Cam y el Lexatin. Pero quizá solo está cansada de mantener esta fachada; todo dependerá de la canción que mejor resuene en ti en cada momento.

“Norman Fucking Rockwell!” se desprende de los tics barrocos y hip hop que inundaban su anterior discografía para entregar un cohesivo compendio de torch songs que mira a las dos costas, de Laurel Canyon a Brill Building, con una instrumentación clásica basada en piano, vientos y cuerdas. Ni siquiera la presencia de Jack Antonoff, cuya ubicuidad en el último lustro ha convertido el pop en algo cada vez más homogéneo, evita que este álbum suene esencialmente a Lana. Y luego hay quien aún le reprocha falta de autenticidad. Claro que hay espacio para las sorpresas: aunque el productor se guarda para Taylor Swift sus creaciones más eufóricas, su mano se nota aquí y allá, unas veces doblándole la voz a la heroína, y otras entrando en inspiradas derivas psicodélicas y progresivas que coquetean con el abismo de la autoindulgencia, pero se consumen como un mal viaje.

Hay muchas Lanas aquí, pero generalmente está hecha “un puto lío”. Arranca el disco sarcástica y de vuelta de todo (“¿Por qué esperar lo mejor cuando te puedo tener a ti?”, le suelta a un hombre inmaduro y poeta frustrado), para después regresar al nihilismo de la derrotada en mil batallas románticas preguntándose qué podría salir mal si quedara con un asesino en serie. Y luego está “The Greatest”, una versión de la personalidad de Grant con la que es difícil no conectar. Quizá el mayor ejemplo de un disco escrito y compartido con sus fans a tiempo real, el tema captura el zeitgeist del momento entre citas a Kanye West y los incendios de California. Su canción más política hasta la fecha llega en un trabajo que escarba entre todos sus referentes del siglo XX –Leonard Cohen, Elton John, Eagles, Joni Mitchell, Neil Young– para ajustar cuentas con un presente al borde del colapso. Lana termina aceptando que la vida es jodida, pero consciente de que sin el entendimiento y el amor al prójimo no saldremos de esta. ∎

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