Álbum

Marianne Faithfull With Warren Ellis

She Walks In Beauty Panta Rei-BMG, 2021

Aquí está de nuevo Warren Ellis, el nombre en la sombra que ya no es una sombra. Como en el último trabajo de Nick Cave, “CARNAGE” (2021), “She Walks In Beauty” está acreditado también a él. “Marianne Faithfull with Warren Ellis”, puede leerse en la portada, pero ese “with” es, en realidad, un “and”. Marianne Faithfull, en lo más parecido al otoño de su vida, cuerpo quebrado pero la misma voz angulosa, profunda, como brotando de un pasado que no quiere extinguirse, ha recurrido a Ellis para tejer los delicados fondos sonoros sobre los que laten sus once recitados de poemas románticos británicos.

No es el único músico en secundarla. Nick Cave (piano en nueve cortes y vibráfono en tres de ellos), Brian Eno (clarinete, sintetizadores y tratamientos en dos), Head (ambientes en tres), Vincent Segal (violonchelo en cuatro, especialmente hermosa su contribución a “Ode To Nightingale”) y Agustin Viard (ondas Martenot en la larga suite que es “The Lady Of Shalott”) acompañan a Ellis (sintetizadores, violín, loops, celeste, cuerdas, piano, flauta, violonchelo, percusiones).

La voz de Faithfull es casi más adecuada para recitar que para cantar, porque, de hecho, exceptuando sus primeros tiempos de vibración pop en el swinging London, ha hecho lo más parecido a una hibridación de las dos cosas. Hal Willner, a cuya memoria está dedicado “She Walks In Beauty”, ya le hizo recitar dos poemas de Edgar Allan Poe en el disco “Closed On Account Of Rabies” (1997). Faithfull elige aquí a los rapsodas más cercanos a su estilo, a su poso y pertenencia cultural. Lord Byron (1788-1824), Percy Bysshe Shelley (1792-1822), John Keats (1795-1821), William Wordsworth (1770-1850), Thomas Hood (1799-1845) y Lord Alfred Tennyson (1809-1892). “Ozymandias”, de Shelley, con sus reverberaciones líricas y mitológicas de personajes de una tierra antigua (Ozymandias, el Rey de Reyes) que encuentran modélico acomodo en el paisaje electrónico que diseña Ellis con los sintetizadores y las tenues notas del piano de Cave. “The Prelude: Book One Introduction”, de Wordsworth, con el fondo sampleado del coro del Sacré-Coeur de Montmatre, como si fuera un guiño a los otros poetas malditos y románticos, los franceses de la generación posterior.

Bésame tanto tiempo como un beso pueda durar, parece reclamar Faithfull en esta concepción del tiempo que se evapora, parafraseando otro verso de Shelley, “Adonais”, que quizá se haya guardado para otra entrega de este poemario imperecedero. “Y sobre esas mejillas, sobre esa frente, tan suave, tan sosegada, sin embargo, elocuente, la sonrisa que triunfa, los matices que refulgen, no cuentan sino de días en bondad pasados, mente en paz con todo lo que está debajo, ¡corazón cuyo amor es inocente!”, concluye en el tema que da título al disco, memorable poema de Byron (en la traducción de José María Martín Triana en “Poemas escogidos”, colección Visor de Poesía, 1985). Faithfull camina (vive, canta, recita) rodeada de belleza. ∎

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