Recién estrenada en salas, “Wonka” (Paul King, 2023) vendría a ser una precuela de lo narrado en las dos películas directamente basadas en “Charlie y la fábrica de chocolate”, novela de Roald Dahl (1916-1990) publicada en 1962. Como la primera de estas dos versiones, “Un mundo de fantasía” (1971), dirigida por Mel Stuart y con Gene Wilder en el papel de Willy Wonka, el filme de King está planteado en formato de musical clásico. Si en “Un mundo de fantasía” las canciones llevaron la firma del compositor y actor Anthony Newley y el letrista Leslie Bricusse –y una de ellas, “The Candy Man”, alcanzó gran notoriedad en interpretación de Sammy Davis Jr.–, en “Wonka” los productores y King pensaron, con muy buen criterio, en Neil Hannon y su antigua mano derecha en The Divine Comedy, Joby Talbot, para componer la banda sonora y las nuevas canciones. Son perfectos para construir el entramado músico-narrativo del filme, ya que su propia obra pop está influenciada por el teatro musical, el cabaret, Kurt Weill y Hanns Eisler. No solo los discos de The Divine Comedy, también sus contribuciones a la actualización de este mismo imaginario musical llevada a cabo por Ute Lemper en su álbum “Punishing Kiss” (2000), para el que escribieron varios temas. Talbot, además, ha compuesto para cine, televisión y danza, y es autor de varios madrigales y una ópera.
Talbot se sumó al proyecto de Hannon a partir del tercer disco, “Promenade” (1994), y participó en él hasta el octavo, “Absent Friends” (2004), de modo que la banda sonora de “Wonka” ha supuesto un feliz rencuentro. Modélico y productivo. Ir a la esencia de su propio temario para diseñar un musical clásico sobre un personaje reconocible a la vez que reinventado. Talbot respeta las reglas de este tipo de obras y Hannon inflama melodramáticamente lo justo las canciones. Son once temas cantados, la mayoría por Timothée Chalamet, el joven Wonka, y un score de trece piezas instrumentales. De momento disponible en digital, el año que viene en compacto y vinilo.
Arreglos delicados o épicos. Crescendos de orfebrería como “Pure Imagination (From Wonka)”. Estribillos juguetones y cómicos como en las dos variaciones de “Oompa Loompa” interpretadas por el actor que da vida al diminuto personaje, Hugh Grant. Bellos e introspectivos instrumentales, de recogimiento en la película, como “Wonka’s Case”, con instrumentos de juguete. Orquestaciones más inquietantes, de juego misterioso, caso de “Death By Chocolate”, o cómo estar a punto de morir ahogado en un tanque repleto de chocolate líquido, y “500 Monks, 1 Girafe”, correspondiente a la entrada de una jirafa en la catedral vigilada por quinientos monjes adictos al chocolate en cuyo sótano el denominado cartel del chocolate guarda sus ganancias fraudulentas. Aires circenses coronados con campanas tubulares para “Chocolate Fountain”. Flautines y armonios que nos introducen en un mundo de fantasía en “A Hatful Of Dreams” para pasar rápido a unos festivos arreglos de proteínicos vientos. “A World Of Your Own” es puro Divine Comedy sin necesidad de hacer el esfuerzo de sustituir la voz de Chalamet por la de Hannon. Y siendo canciones esencialmente solistas, destaca en especial una de los pocas en grupo, “Scrub Scrub”, cantada de manera paciente e irónica por los personajes esclavizados de por vida en la lavandería de la pérfida señora Scrubbit. ∎