Reedición

Pau Riba

DioptriaMunster, 2019
“Dioptria” fue trascendental en el rock cantado en catalán y representó, además, un amanecer en el rock español. Aunque el propósito inicial era presentarse como obra conjunta, se fragmentó en dos partes (1969-1970), y muy diferenciadas en su acompañamiento musical (OM-Música Dispersa). Pau Riba entró en la historia con un trabajo que, en aquellos tiempos iniciáticos, estaba a años luz del resto de propuestas que se hacían por aquí. Fue –entonces y siempre– su pieza maestra, convertida en referencia ineludible para diversas generaciones de músicos posteriores. Esta cuidadísima reedición, publicada en 2019 y comentada por Jaime Gonzalo, fue escogida la mejor del año en el Rockdelux 390.

Proyectados como dos partes de un todo, “Dioptria” y “Dioptria / 2” se registraron por separado y con diferente plantilla, materializándose respectivamente en las Navidades de 1969 y 1970. No es esta, por tanto, una reedición en stricto sensu, pero restituye, a diferencia de anteriores iniciativas en versión facsímil, el formato originalmente planeado. Si no era habitual entonces que los debutantes se estrenaran con un doble LP, las ventas de sus primeros singles persuadieron a Concèntric, sello capital del progresivo catalán, de que Pau Riba, el más sobresaliente y díscolo cachorro de la (anti) nova cançó, justificaba tal inversión. Su empatía con los sectores juveniles catalanoparlantes facultaba un riesgo que no fue tal: el presupuesto lo consumía el primer volumen y su despliegue gráfico.

Con las bases instrumentales del segundo grabadas, se decidía adelantar el primer “Dioptria”, causando un profundo impacto plástico y psíquico en la conciencia pop nacional, pese a venir cantado en catalán. Carisma freak de Riba aparte, las razones de dicha sacudida estribaban en la intervención de OM –banda cuyo núcleo en ese disco formaban Toti Soler, Jordi Sabatés y Romà Escales–, electrificando el folk vernacular de Riba, redimensionado en universal alquimia contracultural; también en la singularidad poética de unas letras que renegaban de la égida familiar burguesa.

La iniciación del autor en el LSD alteraba las previsiones de “Dioptria / 2”; prescindía Riba sin remilgos de OM para encomendarse a Música Dispersa, de los que solo participaban Sisa y Albert Batiste, regrabando una segunda parte de confección acústica no menos compleja, sobresaliente hosanna a la utopía hippie y la familia cósmica. Si la primera entrega resonaba socialmente, en Cataluña y el resto de la península la segunda pasaba de puntillas, eclipsada por las circunstancias del precoz genio y la envergadura histórica del primer “Dioptria”, Rosetta germinal del rock cantado en catalán y, para el caso, amanecer del rock español. En cualquiera de las acepciones, una obra sublime por partida doble. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados