Disco destacado

PJ Harvey

The Hope Six Demolition ProjectIsland-Universal, 2016
Escombros, mutilación, miseria... Polly Jean viaja hasta algunos de los agujeros de la vergüenza, observa, anota y su mirada se tranforma en canciones que buscan mostrar los jirones del hundimiento moral del ser humano. Convierte su arte en algo así como fotoperiodismo sonoro, ecos de música que llegan desde los detritus del campo de batalla, ya sea en el centro del Imperio (Washington D.C.), en la Europa herida (Kosovo) o en la Asia quemada (Afganistán).

La de Dorset ya dejó a un lado sus tormentos personales en “Let England Shake” (2011), esa magistral narración sobre la carcoma de Inglaterra que tomaba como punto de partida la carnicería de la Primera Guerra Mundial para hablar del horror de todas las contiendas bélicas. Su colaboración con el fotógrafo Seamus Murphy, responsable de la parte gráfica y de los vídeos de ese álbum, no se canceló al finalizar el proyecto, al contrario: todo lo que la autora de “Dry” (1992) ha hecho después es resultado de esta alianza, del poemario “El hueco de la mano” (Sexto Piso, 2015) a este álbum, una extensión del mismo, libreta de viajes de la pareja a zonas en conflicto, instantáneas acústicas de algunas de las heridas sin cicatrizar del siglo XXI.

El papel de observadora lo trasladó PJ Harvey al mismo concepto de “The Hope Six Demolition Project”, grabando el disco durante un mes en un estudio montado en la Somerset House de Londres, proceso que podía ser observado por el público: un insólito acto de “colaboración” comunitaria que se amplifica en las composiciones finales; no es casual que la mayoría de estas canciones incluyan abundantes coros (masculinos) dando forma a unos himnos que buscan implicar al destinatario y subrayar el valor de lo colectivo.

Desde el frente. Foto: Seamus Murphy
Desde el frente. Foto: Seamus Murphy
El tono dramático, tenso y sombrío de “Let England Shake” deja paso ahora a la faceta más pop y directa de Harvey: este álbum contiene sus canciones más luminosas desde el ya lejano “Uh Huh Her” (2004), buscando el impacto inmediato y el estribillo directo, poniendo de nuevo las guitarras como pilares del edificio compositivo. No siempre da en el clavo, pero cuando lo hace (“The Community Of Hope”, “A Line In The Sand”, “The Orange Monkey”, “The Wheel”) el efecto es fulminante: música vibrante que se alza incluso por encima del mensaje que pretende transmitir. A veces parece que la rueda no está lo suficientemente engrasada (“Chain Of Keys”, “Medicinals” y “Near The Memorials To Vietnam And Lincoln” se antojan más preocupadas por transmitir el recado que por sonar dinámicas) y aparecen los agujeros de un trabajo arriesgado. Y es que no es fácil añadir páginas al libro de la canción protesta sin tropezar con alguna piedra...

Líricamente, Harvey no se empantana intentando encontrar la metáfora poética: los textos son claros y directos (“Okay, now this is just a drug town, just zombies, but that’s just life”; “I believe we have a future to do something good”; “She sips from a bottle / a new painkiller / for the native people”; el retrato de los niños desaparecidos en Kosovo se dibuja como “a tableau of the missing / tied to the government building / thousands of sun-bleached photographs / fading with the roses”...), buscando siempre “escribir lo que he visto”, como afirma en “The Orange Monkey”.

La música, además de los citados y omnipresentes coros, se aposenta en códigos de blues añejo y de rock crujiente circa “To Bring You My Love” (1995), apuntalada en las aportaciones de unos sospechosos habituales (Mick Harvey, John Parish, Flood, James Johnston, Terry Edwards) proveyendo percusiones marciales, guitarras polvorientas y saxos (otro de los fundamentos del disco) en modo libre. Recurre, como en el álbum anterior, a citas foráneas (el espiritual “Wade In The Water” se cuela en “River Anacostia”; “The Ministry Of Social Affairs” utiliza “That’s What They Want” del bluesman Jerry McCain; invita a Linton Kwesi Johnson para que remarque versos en “The Ministry Of Defence”). El reportaje se cierra con la emocionante y aérea “Dollar, Dollar”: la protagonista atrapada dentro en un coche en Kabul; un niño pide limosna al otro lado de la ventanilla: el vehículo arranca antes de que ella pueda reaccionar.

“The Hope Six Demolition Project” no alcanza, es cierto, el perfecto equilibrio entre fondo y forma de “Let England Shake”. Pero es un disco valioso, útil y necesario, partituras desde el frente de una artista que ha roto, definitivamente, su particular campana de cristal. ∎

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