Álbum

Porches

ShirtDomino-Music As Usual, 2024

Sabes que estás oyendo un disco de Porches sin necesidad de mirar los créditos, e incluso a los pocos segundos de arrancar el primer tema, pero en realidad ningún álbum de Aaron Maine ha sido igual al anterior. Del indie-folk-rock de “Slow Dance In This Cosmos” (2013) lo vimos saltar al synthpop nocturno de “Pool” (2016), y de ahí a los serios flirteos con la bailabilidad (recordemos “Find Me”) de “The House” (2018) y (recordemos “Madonna”) “Ricky Music” (2020).

Dos años después de elucubrar sobre la mezcla de electrónica con texturas rock en “All Day Gentle Hold!” (2022), del que no se habló lo suficiente, regresa con un álbum de texturas aún más ariscas y sonido más saturado. “Shirt” es guitarras grunge y baterías con glitches, bajos contundentes. Él lo ha llamado “hypergrunge” en entrevista con ‘Stereogum’. Y si en Rockdelux siguiéramos poniendo el género en el encabezamiento de las críticas, no habría uno mejor para escoger.

En nota de prensa se habla de “Shirt” como un disco medio confesional sobre la inocencia de la juventud suburbana y la complejidad de la vida adulta. Nada de eso es fácil de escuchar en estas canciones; es mejor quedarse con sus ganchos melódicos y trucos de producción que enganchan lo mismo o incluso más. El arriba firmante ha vuelto a “Return Of The Goat” una y otra vez no solo porque parezca una composición perdida de Elliott Smith, sino también por los extraños juegos vocales y el chirrido con que entra una batería real a los 52 segundos. También adictivo es ese “baby be very careful” en voz de la pintora Madeline Casteel, la novia de Maine, para más señas. En cada disco de Porches parece sonar su pareja: Greta Kline (Frankie Cosmos), antigua componente del proyecto, aportó bajo y voces en los dos primeros álbumes. Kaya Wilkins (Okay Kaya) recitaba “Åkeren” en “The House”.

Nada más (hyper)grunge que, quizá, “Sally”, algo así como unos Nirvana remodelados con distorsión y cut’n’paste digital. Según ha explicado Maine en Instagram, el mismísimo Mura Masa se encargó de recortar las guitarras. El pope hyperpop A.G. Cook trabajó en los efectos para bajo y los hi-hats de “Bread Believer”, en la que vuelve a sonar (como en “Swimming Big”, del anterior disco) la preciosa voz de Chloe Kohanski aka sweet93. Su perezoso, alienígena “bread belieeeeveeeer” en 1:48 es el momento favorito de Maine en todo el disco, con toda la razón. Se le acerca ese momento de “Rag”, a partir del primer minuto, en el que pasamos de la órbita claramente grunge al indie rock minimalista de Pinback.

Durante un tiempo, se pudo pensar que Porches iban a ser una especie de next big thing, pero con “Shirt” queda claro que Maine toca/juega sobre todo por placer propio. Difícil encontrar aquí un “Be Apart”, un himno yacht rock como “Mood” o un casi banger techno al estilo de “Find Me”. Sin llegar a ser inaccesible (no al menos en la música, sí un poco en las letras), “Shirt” es un disco para los muy fans. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados