Sega Bodega

Aunque Sega Bodega ha sido una presencia constante a lo largo de la pasada década en aquello que llamamos pop avanzado –o música de club deconstruida–, no ha sido hasta estos últimos tiempos cuando ha querido pasar a ser algo más que un productor y mentor (ha trabajado para otras artistas con ganas de transgredir fronteras como Dorian Electra, Brooke Candy y Eartheater y ha agitado el subsuelo electrónico londinense a través del colectivo NUXXE) para convertirse en un artista de pleno derecho. En 2020, llegó por fin su álbum de debut, “Salvador”, un trabajo duro de escuchar, en el que Salvador Navarrette daba rienda suelta a todas sus inseguridades y vulnerabilidades, escarbando entre sus recuerdos más traumáticos y hablando a pecho descubierto sobre salud mental, alcoholismo y lo que significa carecer de “un conocimiento básico de lo que es amar”.

Parece que en su rápida continuación, “Romeo”, haya empezado a encontrar algo de sentido a todo ese lío, navegando aguas calmas y articulando una narrativa mucho más liviana. En portada, Salvador aparece junto a un ente de luz, el personaje ficticio Luci (diminutivo de ya sabes qué ángel caído), una figura que ilumina todo con lo que se cruza. Así que tocado por la mano de Dios, Sega Bodega da con su música más accesible.

Rápidamente emerge en el disco un primer pelotazo, “Angel On My Shoulder”, una especie de himno EDM con beats trap en torno a la idea de los ángeles de la guardia o, en otras palabras, aquellas personas que jamás conocerás y que podrían cambiarte la vida, ya sea porque mueren demasiado jóvenes o porque no llegan a nacer. Más específico es en “Um Um”, una preciosa carta de amor a aquellos que se van demasiado pronto, con versos tan directos que te golpean en la cara: “Estoy perdido tratando de lidiar con tanto amor. [...] Te veo en todas partes, incluso cuando no estás alrededor”. Se refiere a otra heroína del hyperpop, SOPHIE.

Sega Bodega también demuestra aquí aliarse bien. “Cicada” viene con voz de Arca, una influencia evidente en su sonido con quien estrecha las distancias entre el reguetón y la estética PC Music. Una inesperada Charlotte Gainsbourg aparece en “Naturopathe” para transportar un beat típicamente deep house a derroteros más disco de escuela francesa. Es evidente que los artistas aparecieron en el estudio con una mentalidad de esperar lo imposible en cortes como “I Need Nothing From You”, en el que, con la ayuda de bea1991 y Blood Orange, Navarrete juega con la sobriedad para erizar el vello y contradecir el título de la canción con un radiante optimismo. Podría ser un interludio baladesco, pero rápidamente va adquiriendo la grandeza espiritual de un número góspel. Por algo es su tema favorito del disco. Nunca lo habíamos escuchado tan relajado y en paz consigo mismo desde que tiene un ángel en su espalda. Y ganamos todos. ∎