Ninguna referencia de Sen Senra ha sido igual a la anterior, y esta colección de siete temas no es excepción: aunque prolonga el giro al R&B del emblemático “Sensaciones” (2019), muestra a un artista con todavía más confianza en los poderes del minimalismo y menos miedo a probar suerte en algo parecido al estrellato pop.
“Corazón cromado”, en el que de nuevo Antxo Ferreira participa como productor, suena espacioso y depurado; estilizado a veces de manera (retro)futurista. Algo que contrasta con la conocida visceralidad de las letras de Senra, esta vez tan sexuales como románticas: “Perfecto” es una carta de amor al sexo con amor (y a Wong Kar-wai, a través de “Fallen Angels”), y parecido espíritu y sudor se respiran en “Euforia”, con percusiones que harían feliz a Kevin Parker, y en la colaboración con Feid “Wu Wu”, cuyo puente delata el amor de Senra por el bolero.
La pieza central de “Corazón cromado” es la compleja pero disfrutable “Tumbado en el jardín viendo atardecer”, que arranca como ensueño synthwave para derivar en una hipnótica coda de R&B minimalista. No es un single al uso, como sí lo es (dicho como cumplido) “Sublime”, acercamiento a la perfección (synth)pop del último The Weeknd. Su gran estribillo en dos partes es de los que abre puertas, igual que el de “Qué facilidad”, soleado y funk como los mejores cantados por Jonas Brothers. El único otro hermano es aquí C. Tangana.
Cierra el lote “Me valdrá la pena”, una balada de melodía muy española y entorno sónico más cercano al R&B de vanguardia. Canta en ella: “Va por todo aquel que algún día se arriesgó / Quien pudiendo hacerlo no se conformó”. Canta a la intrepidez en el amor, pero igual también a la belleza de seguir los propios instintos en música y creación. ∎