En mi miopía, ninguneé en su día
“The Magnolia Electric Co.” (2003) refugiándome equivocadamente en la suma de dos obviedades: bah, esto es como un disco de Will Oldham con Crazy Horse como banda de acompañamiento (¡como si fuera poca cosa!). Una década después, este disco, que en algunos círculos se considera el último atribuido a
Songs: Ohia y que Jason Molina (1973-2013) entendía que era el primero de los seis que grabó bajo el nombre de The Magnolia Electric Co., se burla de mí a carcajadas. Porque quizá no era este un trabajo muy rompedor o muy original, pero sin duda era una de sus obras más inspiradas, si no la que más.
Solo la tripleta inicial de canciones ya basta para darse cuenta de que estamos ante un disco de estatura. En la larga y sinuosa
“Farewell Transmission” inicial hay algo de Neil Young & Crazy Horse (época “Zuma”), pero también de Tim Buckley (cuando juega con las sílabas finales del verso
“After tonight if you don’t want us to be”, por ejemplo). Los dos temas siguientes, los rotundos
“I’ve Been Riding With The Ghost” y
“Just Be Simple”, acaban de dar el puñetazo sobre la mesa: esto es rock con tanto carácter como tormento, tanta verdad como talento.
Además de volver a tasar este disco debidamente y de relamerse (quizá de nuevo, quizá por primera vez) con las aportaciones de Scout Niblett y Lawrence Peters, esta reedición también sirve para completar el disco original con un par de
outtakes de altura (
“The Big Game Is Every Night” y
“Whip-Poor-Will”) y un segundo CD entero con las demos que el malogrado Jason Molina llevó al estudio de Steve Albini; unos borradores de canción a los que, esta vez, el de Chicago sorprendentemente dio brillo, no se lo quitó. ∎