Stephen J. Malkmus

Si alguien empieza a escuchar el nuevo disco de Stephen J. Malkmus sin saber que es suyo, jamás diría que “ACC Kirtan” es un tema del ex-Pavement, porque lo que suena al inicio son instrumentos orientales, como la flauta kaval anatolia y el rabab afgano; luego, cuando entra su voz y la de Joy Pearson, ya vemos que se trata de una propuesta anglosajona, pero el relajado y envolvente desarrollo psicodélico es más propio de The Incredible String Band que de un personaje que fue emblema del rock alternativo.

En su anterior álbum en solitario, el experimento electrónico “Groove Denied” (2019), ya dio muestras de querer alejarse del canon rock que aún campaba, aunque de forma más melódica, en su último disco al frente de The Jicks, el recomendable “Sparkle Hard” (2018). Ahora también suena alguna guitarra eléctrica, cortesía de Matt Sweeney, incandescente a la manera de Television en “Xian Man”, pero el mood que predomina es el intimista, con la pedal steel country de Chris Funk (The Decemberists) en “The Greatest Own In Legal History”.

La deslizante placidez acústica de “Cash Up” desemboca en los nuevos efluvios orientales de “Shadowbanned”, en una ceremonia de neohippismo en la que parece olerse el pachuli. Los títulos de palabras compuestas siguen con “Brainwhased”, cuyo meditativo registro se beneficia del piano eléctrico del ilustre Spooner Oldham, y con el bonus track “Juliefuckingette”, que cierra el álbum con una atmósfera que recuerda al Jeff Tweedy de “Warm” (2018).