Sudan Archives –es decir, Brittney Parks– presenta con “THE BPM”, su tercer álbum, su disco más estridente y fiestero pero también más vulnerable y arriesgado. El proyecto experimental e íntimo de “Athena” (2019), seguido de la revolución coral de “Natural Brown Prom Queen” (2022), la ha conducido a una propuesta de síntesis tecnológica que toma su genio creativo como su principio más sólido. El título de este nuevo LP opera bajo dos significados: “beats per minute” y “the power within”, una ecuación entre movimiento y autonomía, placer y control que articula todo el disco.
En el universo de “THE BPM” emerge Gadget Girl, el nuevo alter ego de Parks. Una figura cíborg que observa la tecnología como complemento a lo emocional no como una amenaza, sino como una posibilidad más amplia. Este personaje le permite un juego interesante desde su figura de artista, donde se desplaza del “yo confesional” hacia una identidad colectiva donde la producción es tan expresiva como la voz. “THE BPM” puede leerse como la continuación conceptual de “Athena”, donde el violín era símbolo de herencia y diferencia que ahora se manifiesta como un recurso menos rígido, más libre.
Grabado entre Chicago, Detroit y Los Ángeles, el disco asimila lenguajes y géneros musicales de las escenas que habitan esas ciudades, desde el footwork, el techno de Detroit o el Jersey club hasta el afrobeat, sin casarse del todo con ninguno. La apertura con “DEAD” marca el tono con un maximalismo controlado, percusiones fragmentadas, crescendos que rozan el caos pero nunca lo pierden. “MY TYPE” lleva el juego de identidades a un terreno más distendido, donde el deseo y la ironía se confunden. “COME AND FIND YOU”, en cambio, despliega un afropop sensual donde el violín recobra esa centralidad melódica que conecta con sus anteriores trabajos.
En otros temas como “THE NATURE OF POWER”, “HEAVEN KNOWS” y la propia “THE BPM”, Sudan Archives es capaz de ofrecer con creces música de baile que se mueve a través de los discursos sobre el poder, el género, la tecnología y la identidad sin recurrir al sermón. Los temas no buscan disputa, sino comunión.
Esto último conecta de primera mano con su labor curatorial en este álbum, en el que comparte autoría con amigos y familiares. Ha delegado arreglos al cuarteto D-Composed y ha realizado un trabajo de producción que ha dado como resultado un álbum plural que transmite confianza en el poder de la colaboración. Sin embargo, esa apertura también diluye, en ciertos momentos, la tensión que hacía de “Natural Brown Prom Queen” un disco más urgente y narrativo con respecto a este, donde el juego y el goce están más presentes.
Más que como álbum conceptual, “THE BPM” se podría definir como un ensayo musical sobre el control y el equilibrio sobre la tecnología como instrumento afectivo. Todo, incluso las personas y el arte, pasa por las dinámicas y normas del algoritmo. Parks habla del poder de habitar el ritmo propio cuando todo invita a sincronizarse con el de otros. Este no es un disco de resistencia, pero sí una proclama hacia la autogestión y la armonía en tiempos de sobresaturación. ∎