Álbum

The Dream Syndicate

Ultraviolet Battle Hymns And True ConfessionsFire-Popstock!, 2022

The Dream Syndicate fueron los reyes del Paisley underground a mediados de los años 80 hasta que se separaron en las postrimerías de una década que dejó paulatinamente de apostar por los grupos de guitarras. Casi treinta años después, la banda del carismático Steve Wynn retornó al mundo discográfico con “How Did I Find Myself Here?” (2017). En este orden de cosas, “Ultraviolet Battle Hymns And True Confessions” sería su octavo álbum en estudio, cuarto desde la reunión y primero para un sello independiente británico con solera como Fire Records.

O sea, que la productividad en estudio de The Dream Syndicate viene siendo bastante alta estos últimos años, aunque el tópico mande que su verdadero potencial asoma en sus directos. Es allí donde el Sindicato del Sueño se muestra más persuasivo y alcanza picos de intensidad más difícilmente reproducibles en estudio gracias a las sinergias que generan Dennis Duck –presente en The Dream Syndicate desde su primer álbum, “The Days Of Wine And Roses” (1982)–, el bajista Mark Walton y Jason Victor, único fichaje nuevo de esta segunda etapa, que se ocupa de la guitarra principal, maravillosamente trenzada con la de Wynn como sello de identidad de la banda californiana, con el plus categorial del mágico Chris Cacavas –Green On Red– a los teclados. En octubre, por cierto, vuelven a España.

Dicho esto, “Ultraviolet Battle Hymns And True Confessions” no solo rellena la cartuchera del grupo de cara a sus actuaciones en vivo, sino que está a la altura de los mejores álbumes de un proyecto veterano que ha sabido expandir como pocos su longevidad y las propias limitaciones del rock psicodélico, enriqueciendo periódicamente su hambriento estroboscopio sonoro para hacer parecer nuevo lo que no lo es. Por ejemplo, “Where I’ll Stand”, el corte inaugural, empieza y termina con una secuencia sintetizada que despista al más pintado. O “Beyond Control”, que amplifica su magnetismo con una exótica secuencia de gamelán.

Pero The Dream Syndicate aparcan esta vez su lado más experimental, al que dieron rienda suelta en las improvisaciones del inmediato precedente The Universe Inside” (2020), y vuelven a un formato cuidado de canción, donde destacan el clasicismo velvetiano de cortes como “Everytime You Come Around” en su vertiente más accesible –la que supieron explotar Luna: la voz de Dean Wareman no es opuesta a la de Wynn–, el psych-western de la humorística “My Lazy Mind” o el Farfisa obsesivo y ritmos sincopados de un “Straight Lines” que remite a The Monks. En definitiva, un trabajo de oficio gozoso, variado y desacomplejado que no decepcionará a la fiel parroquia de seguidores. Un disco cuyo título resume a la perfección su contenido abrasivo, hipnótico y confesional. ∎

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