Álbumes

The Ex / Paal Nilssen-Love Circus With The Ex Guitars / Archer

If Your Mirror Breaks / Turn Thy Loose / Sudden DuskEx, 2025 / PNL, 2025 / Aerophonic, 2025

Hay algo profundamente revelador –y quizá también tranquilizador– en comprobar que, más de cuarenta años después de su formación, The Ex sigue siendo una fuerza viva, móvil, comprometida, mutante. Ya sea firmando un nuevo álbum como banda, cruzando cables con el huracán percusivo de Paal Nilssen-Love o participando como catalizador del cuarteto improvisador Archer, los miembros del grupo neerlandés actúan como epicentro de un sismo creativo que no deja de expandirse. Tres discos recientes lo demuestran con claridad. Tres maneras distintas de romper el espejo –del rock, del jazz, del canon– sin perder la coherencia de un impulso ético y sonoro que sigue siendo profundamente The Ex.

“If Your Mirror Breaks” no solo es el primer disco oficial de estudio de The Ex desde “27 Passports” (2018), sino también una reafirmación de todo lo que la banda ha representado desde sus inicios punk en el Ámsterdam de los setenta: radicalidad formal, imaginación política, apertura cultural. Pero aquí no hay autocomplacencia. El título lo deja claro: el espejo se rompe. No hay nostalgia posible, solo reflejos fragmentados que devuelven imágenes distorsionadas del presente. La banda lo asume como poética y como estrategia. Su sonido, inconfundible pero en constante mutación, se abre a nuevos registros: más líricos, más introspectivos, sin abandonar la tensión nerviosa ni la electricidad colectiva.

Arnold de Boer consolida su lugar como voz y presencia escénica, mezclando ironía surrealista, poesía de trinchera y una forma muy propia de crítica social sin eslóganes. Katherina Bornefeld, cuya batería ha sido durante décadas el motor rítmico del grupo, añade ahora una dimensión vocal sorprendente en “Wheel”, uno de los momentos más emocionales del disco. Y las guitarras de Andy Moor y Terrie Hessels siguen operando como un sistema nervioso hiperactivo: punzantes, orgánicas, siempre en proceso. Hay ecos de Faust, de Sonic Youth, pero el resultado sigue siendo inequívocamente The Ex. El disco, dedicado a Steve Albini, canaliza esa ética de lo crudo, lo directo, lo intransigente. Una obra mayor, no solo para la banda, sino para ese rock europeo que observa por el retrovisor la disidencia política de antaño y la aspiración estética de los grupos del Rock In Opposition.

Si el nuevo disco de The Ex es el mapa roto de un país emocional, “Turn Thy Loose” es su carnaval febril. En este segundo trabajo de su proyecto Circus, el baterista noruego Paal Nilssen-Love invita a tres miembros de The Ex –Terrie Hessels, Andy Moor y Arnold de Boer– a unirse a una formación ya explosiva por sí misma. El resultado, grabado en vivo en el Bimhuis –legendario club y sala de conciertos de Ámsterdam–, es un estallido de energía liberada donde las estructuras del jazz, el punk y las músicas tradicionales del noreste brasileño colisionan sin red.

Esta colaboración no nace de la nada. Nilssen-Love y The Ex han compartido escenarios, ideas y afinidades durante más de dos décadas. Desde la época de Brass Unbound –proyecto que unía a The Ex con un cuarteto de vientos que incluía a Mats Gustafsson, Ken Vandermark y otros improvisadores cercanos a Nilssen-Love– hasta su participación cruzada en festivales europeos de música libre y proyectos como la Large Unit, el ensemble de once músicos tutelado por Nilssen-Love, el vínculo ha sido constante. Ambos operan con una ética común: la música como acto político, colectivo, físico, permeable a influencias de todo el mundo. Recordemos el ascendente etíope de The Ex y sus aventuras con el saxofonista Getatchew Mekuria. No sorprende entonces que esta nueva encarnación de Circus se sienta tan orgánica.

El disco se desarrolla como una conversación polifónica donde todos hablan a la vez y todos se escuchan con atención. Las guitarras de The Ex aportan texturas filosas que se entrelazan con percusión frenética y vientos libres. Piezas como “Marcha maracatu estrela brilhante” rinden homenaje a las tradiciones afrobrasileñas, mientras que “Terrie & Thomas” abre el álbum con una avalancha de pulsos y tensiones. Incluso la reinterpretación de “I Should Be So Lucky” –con guiño dadaísta a Kylie Minogue vía The Stretchheads– evidencia el sentido del humor y la voluntad de desorden semántico que tanto Nilssen-Love como The Ex han cultivado.

Lo más notable del proyecto es su método: después de varias fechas con repertorios definidos, decidieron dejarlo todo abierto. Cualquier músico podía iniciar cualquier parte de cualquier tema en cualquier momento. Un planteamiento que, en manos menos experimentadas, podría derivar en caos, pero que aquí se convierte en un sistema vivo de escucha activa, comunicación rítmica y goce compartido. La producción, cruda y envolvente, capta con fidelidad la intensidad del directo y la atmósfera del Bimhuis. “Turn Thy Loose” no solo es una colaboración exitosa: es una manifestación vibrante de cómo la libertad y la tensión pueden convivir en la misma frecuencia.

En “Sudden Dusk”, el guitarrista Terrie Ex se une a Dave Rempis –pilar de la escena free de Chicago– y a la musculosa base rítmica noruega de Jon Rune Strøm (contrabajo) y Tollef Østvang (batería). El resultado: un cuarteto de improvisación pura que parece encontrar en la fricción su territorio natural. Grabado en abril de 2024 en dos fechas estadounidenses, el disco transita entre estallidos incontrolables y pasajes casi meditativos.

Terrie, con su característica irreverencia estructural y humor dadaísta –es un tipo del que nunca sabes qué está pensando–, actúa como elemento desestabilizador, empujando constantemente hacia el borde del abismo. Rempis, con un rango expresivo cercano al de Peter Brötzmann, responde con igual intensidad. El grupo no busca consenso, sino confrontación productiva. Pero también hay momentos de calma, como si después del vendaval quedara espacio para el suspiro. Según Rempis, “Sudden Dusk” es “un equilibrio calibrado entre la energía contenida de una respiración en suspenso y la lenta liberación de un largo exhalar”. Una definición precisa para un álbum que demuestra cómo la improvisación libre aún puede decir cosas nuevas, cuando se ejecuta con urgencia, riesgo y propósito.

Los tres discos, con sus diferencias de forma y foco, funcionan como capítulos de una misma historia: la de una red de músicos que sigue creyendo en el poder transformador del sonido colectivo y la libre expresividad –la misma que mueve el interés de los lectores de esta revista; o eso creo–. Ya sea desde el formato canción, la improvisación libre o el híbrido cultural más radical, los miembros de The Ex no se repiten, no se domestican. Siguen siendo esa anomalía fértil en el mapa de las músicas independientes europeas, capaces de mirar el mundo a través del espejo roto y encontrar en cada fragmento una posibilidad de reconstrucción. Siempre tienen sed de revolución. ∎

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