Pasaron por nuestro país casi arrasando. En los hoteles donde se hospedaban eran temidos como la peste, y sus borracheras pasarán a los anales de la hostelería patria. Shane MacGowan fue visto en una recepción de hotel ataviado con una camiseta de fútbol, un sombrero con plumas y una espada de plástico. Y sin un duro. Grabaron el
videoclip de “Fiesta” y se marcharon sorprendidos de lo barato que era el alcohol en España. Son
The Pogues y, en un país tan amante de los excesos como el nuestro, habían de encontrar eco.
Tras el éxito de su tercer elepé entre nosotros,
“If I Should Fall From Grace With God” (1988), tras desatarse la “poguemanía”, DRO ha visto claro que se tenían que editar los dos precedentes discos del grupo irlandés. Así que todos los amantes de la música tradicional no ortodoxa están de enhorabuena. También los que pretenden simplemente alegrarse o tomar unos vinos con el fondo de MacGowan y sus secuaces dándole a las guitarras e instrumentos tradicionales de Irlanda. En realidad, todos podemos felicitarnos por esta tardía edición, ya que la música de Pogues es pura vitalidad.
A nadie vamos a descubrir a estas alturas las hazañas del grupo, pero, simplemente, digamos que
“Red Roses For Me” (1984) fue el primer disco del entonces sexteto: trece canciones lo componen, de las que cinco son tradicionales y el resto están escritas por MacGowan; apuntarse, entre otras cosas,
“The Battle Of Brisbane”. Después llegó
“Rum, Sodomy & The Lash” (1985), producido por un Elvis Costello que persiguió hasta el altar a la entonces miembro de Pogues Cait O’Riordan. Además de unas cuantas espléndidas canciones –
“Dirty Old Town”,
“The Old Main Drag”,
“And The Band Played Waltzing Matilda” o
“The Sick Bed Of Cúchulaínn”–, además de los buenos arreglos que realizan sobre temas tradicionales, además de la broma que se marcan en
“A Pistol For Paddy Garcia”, canción añadida a la edición original, el disco ya solo vale la pena por la cara de MacGowan en la foto interior. Junto con “Red Roses For Me”, poderosos antídotos contra el aburrimiento. Úselos con fruición. ∎