Más pastorales que nunca, así se presentan The Soundcarriers en su quinto LP, solo dos años después del delicioso “Wilds” (2022) con el que retomaron la actividad discográfica tras ocho años gracias a su participación en la siempre reivindicable serie de televisión “Lodge 49”.
Embarcados en un río fluido de sensaciones y formas variopintas de enfocar las cualidades del chamber pop, lo de esta formación de Nottingham pertenece a una forma de entender las melodías que se nutre directamente de la explosión de folk psicodélico británico de los años sesenta, pero que en su cuaderno de bitácora también enlaza con Nico, The Electric Prunes, CAN, Mark Fry y sobre todo con toda la tradición pop hipnagógica instaurada por Broadcast en su momento, con seguidores tan interesantes como Hintermass, los lisboetas Beautify Junkyards y Vanishing Twin. Esta vía está fuertemente enraizada en un contraste constante entre krautpop y texturas de sabor afrancesado, tal cual Stereolab y la tristemente desaparecida Catherine Ribeiro. Desde dicho flanco, son proyectados los momentos más sembrados de un trabajo ya de por sí encantador, se mire por donde se mire.
A este segmento de canciones pertenecen temas como “Comet 4” y la fascinante “Feel The Way”, cuyo tribalismo hippie recuerda a hitos de la heterodoxia kraut como “Anima latina” (1974) de Lucio Battisti.
El carrusel de colores proyectado es más variado y rico que en su anterior álbum. Ahí donde “Wilds” triunfaba por su concreción psicodélica tropical de un pop guiado por bajos como látigos nervudos, su presente retoño lo hace desde una posición más panorámica y balsámica. Y lo consiguen por medio de una sensación en cinemascope del sonido que nos transporta a ensoñaciones mágicas como “Sonyas’s Lament”.
El espíritu de Jean Jacques-Perrey sobrevuela el terreno de forma puntual en un inspiradísimo ramillete de canciones que también son capaces de teletransportarnos al Swinging London por medio de ejercicios de estilo como “Already Over”.
También hay espacio para el mantra pop en “What We Found”. Tanto esta muestra de sonoridades sesenteras como el resto aquí reunidas subrayan una realidad: el botín de ideas y excentricidades recogido en la segunda mitad de los años sesenta y principios de los setenta sigue siendo el vivero de influencias más rico en sabores que nos ha proporcionado la ortodoxia pop a lo largo de la historia.
Desde luego, muestras como las indicadas anteriormente o cortes como “With Us For Now” no solo refrendan dicha sensación, sino que apuntan a un razonamiento superior: la idea de que dicho período temporal no es concreto ni uniforme, sino una mentalidad en continua metamorfosis sobre los diferentes what if...? apuntados en su momento. El mismo que nos siguen proporcionando regalos fuera de tiempo como este “Through Other Reflections”, uno que los refrenda como una de las formaciones más interesantes en el arte del retropop como forma de investigación. ∎