Con este álbum de título onda David Bowie, Abel Tesfaye /
The Weeknd parece decidido a dejar atrás la neblina de sus
mixtapes de 2011 para solidificar su posición en el Olimpo del (super)pop. Pretensión loable, si no fuera porque hasta la fecha no ha demostrado que moverse en terrenos cercanos al neo-disco y el bubblegum soul sea lo que mejor se le da. “Love Me Harder” –su fabulosa colaboración con Ariana Grande– a un lado, sus
hits pop son tan impolutos como carentes de gozo, como si el artista todavía se estuviera ajustando a su nuevo personaje.
“Starboy” (la canción) suena a oportunidad perdida: la secuencia electro provista por Daft Punk (quienes repiten en la superior, más funk,
“I Feel It Coming”) y un fraseo prometedor desembocan en un estribillo poco elaborado, igual que en el pasado “Can’t Feel My Face” terminaba desconcertando por parecer unir ganchos de distintas partituras. Hay algo poco orgánico, natural, en los intentos pop de Tesfaye, más convincente cuando se orienta hacia un R&B oscuro como el de las
mixtapes (de acuerdo, parezco el típico pesado con la cantinela de “lo primero era mejor”), “The Hills” o sus colaboraciones con Drake y Kanye West.
Teniendo en cuenta el equipo de productores con que juega en este disco de grandes ambiciones (además de Daft Punk, aparecen Max Martin, Metro Boomin o Diplo, entre miles), y también la eterna extensión del proyecto, de dieciocho canciones, sería difícil que no hubiera números para salvar. Correremos un tupido velo sobre el delirio Oi! de
“False Alarm”, pero destacaremos el gancho de
“A Lonely Night” (muy Jacko),
“Secrets” y su
sample de The Romantics, o el R&B post-trap de
“All I Know”, con Future, quien también aparece como compositor (y en el
hook) de la estimable
“Six Feet Under”. ∎