Álbum

Tucker Zimmerman

Music By River Words By EarBig Potato, 2025

Podríamos decir que 2024 fue para muchos el descubrimiento de Tucker Zimmerman: su álbum “Dance Of Love”, con el respaldo de 4AD y, más importante, Big Thief, puso en el mapa al cantautor de californiano, en activo –con grandes períodos de inactividad– desde finales de los sesenta –su primer LP, “Ten Songs”, producido por Tony Visconti y admirado por David Bowie, se publicó en 1969– y residente en Bélgica desde hace décadas.

A reflujo de ese comeback, Big Potato –que ya publicó el año pasado “I Wonder If I’ll Ever Come True” con temas de 1973  a 1976– edita ahora “Music By River Words By Ear”, una colección de canciones, inéditas hasta ahora, grabadas en 2002 con una banda que incluye a su hijo Quanah y Dave Evans (guitarras), Geert Waegman (violín) y Jef van Gool (bajo).

Son nueve temas por los que parece que no ha pasado el tiempo: folk sin fecha de caducidad con la voz recia y expresiva del de San Francisco como hilo conductor de historias de fuerte contenido poético con el aura del sueño hippie en el horizonte (“River Barge”: Ya no vivo en la ciudad / Vivo solo en la barcaza / Recuesto mi cabeza en el heno / de la barcaza / Hago mi cama en la bahía de la barcaza”) y una instrumentación que puede llevarte a los meandros infinitos del Dylan preeléctrico (Dylan, siempre Dylan) o Townes Van Zandt, Bill Fay y John Prine (ojo a “Old Hippies Lament”). “Never Know (Never Know)”“Nunca sabrás qué te golpeó / Nunca lo sabrás, nunca lo sabrás / Nunca sabrás qué te golpeó / Oh, nunca lo sabrás / Podría ser un tren / Podría ser el faro de un coche en marcha / Podría ser una roca envuelta en la lluvia / o la bala de una estrella fugaz”– y “Pretty Neat Guy” atesoran magníficos trenzados de guitarra, y “Room 47”, con su escueto ritmo sostenido, parece saludar a Tim Buckley, mientras que “Beyond Belief” es un balsámico remanso acústico con una letra transparente y emotiva (“Todos somos tan delicados y frágiles / Es increíble / Esta es nuestra vida / No podemos negarlo / Es increíble / Necesitamos tanto amor / Es increíble / Necesitamos tanto amor, cariño / Es increíble”), al igual que el cierre (“Walls Of Amsterdam”), dos muestras de la enorme talla de un compositor e intérprete –el pasado febrero cumplió 84 años– que ha pasado demasiado tiempo en el limbo de los músicos de culto. Nunca es tarde para subirse a su noria de canciones tan sencillas como majestuosas, alejadas de todos los artificios del tiempo presente. ∎

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