En la segunda ola del techno de Detroit –la primera, ya saben, la conforman la trinidad formada por Juan Atkins, Derrick May y Kevin Saunderson–, Carl Craig es el pilar al que recurrir. Nacido en la llamada Motor City en 1969, Craig comenzó su carrera a finales de los ochenta y su actividad se tradujo bajo numerosos alias –69, Innerzone Orchestra, Paperclip People…– que publicaban en Planet E Communications, el selló que fundó en 1991. El primer álbum a su nombre no llegó hasta 1995: el crucial “Landcruising”, editado bajo el paraguas de Blanco y Negro.
“Desire. The Carl Craig Story” es el acompañamiento sonoro al documental del mismo título dirigido por Jean-Cosme Delaloye, estrenado en el Tribeca Film Festival en junio del año pasado, un filme sobre toda su trayectoria –vital y musical– en la que colegas como Laurent Garnier, Gilles Peterson, Moodymann, Roni Size y Kenny Larkin, entre otros, muestran sus respetos a uno de los originators de la cultura techno.
Si algo define el planeta electrónico de Craig es, sin duda alguna, la sutiliza y la elegancia. Sus piezas, levantadas sobre perfectos ritmos sincopados, crecen y crecen con atmosféricas capas sintetizadas que le deben tanto a las autopistas de Kraftwerk como a las estructuras del jazz más exquisito. Todo se puede apreciar en este imponente viaje –en vinilo y CD, aunque en este caso se recomienda la versión en streaming: en temas y duración prácticamente dobla a los artefactos físicos– que se abre con su remix para el “Azure” de los escoceses SLAM y que incluye joyas clásicas como “My Machines” (publicada como 69), la monumental y jazzística “Bug In The Bassbin” (INNERZONE ORCHESTRA, 1996), con su apropiación de la batería de “Lady Is A Tramp” (1959) de Enoch Light And The Light Brigade, “Soul Clap 2000” –ultrafunky, soulera y con una pizca de jazz interestelar– a cargo de RECLOOSE (alias de Matthew Chicoine; editada en 1999 en Planet E) o la seminal “No More Words” (1991), remasterizada para la ocasión y por primera vez en digital.
La “Versus Beatless Version” de “Sandstorms” (2019) es puro modern classical, con MORITZ VON OSWALD como “consejero espiritual”; con el cofundador de Basic Channel Craig compartió el álbum “ReComposed” (2008) –donde remodelaron partituras de Mussorgsky y Ravel–, pero aquí se incluye un “Attenuator” (2020) techno-jazz más “físico” que el tratamiento dubificado que Von Oswald aplicó al mismo tema. Y no falta, por supuesto, el formidable masaje que Craig le aplicó en 2007 a “Like A Child” de JUNIOR BOYS y que le valió una nominación al Grammy: uno de los mejores remixes de la historia.
El álbum –el streaming– finaliza –como el documental– con las notas tintineantes de “Meditation 4” (2013), hasta ahora solo disponible en el volumen de la serie “Masterpiece” que Ministry Of Sound le dedicó a CC.
La memoria, lo sabemos, es volátil. Y más en el mundo de la música. “Desire”, película y disco, ayuda a recordarnos que Mr. Craig es uno de los verdaderamente grandes: pionero, visionario, aventurero, explorador. ∎