Álbum

William Eggleston

512Secretly Canadian-Popstock!, 2023

Uno de los fotógrafos vivos más importantes de la actualidad, especialmente por su utilización del color, William Eggleston (Memphis, 1939) –con retrospectiva, hasta el 28 de enero de 2024, en el Centro de Fotografía KBr de Barcelona–, siempre ha estado, de una manera u otra, relacionado con la música: busquen su firma, por ejemplo, en portadas de discos de Big Star, Alex Chilton, Primal Scream, Joanna Newsom o Silver Jews.

En octubre de 2017 dio un paso al frente y publicó su primer álbum, “Musik”, un disco que enseñaba su pasión por Bach y Handel en once improvisaciones y que, además, incluía lecturas de dos temas populares (“Tit Willow” de Gilbert & Sullivan y “On The Street Where You Live” de Lerner & Lowe), todo filtrado por el sintetizador Korg O1/WFD. El álbum fue producido por Tom Lunt –fundador de Numero Group– y editado por Secretly Canadian, mismos artífices de este “512”, segunda incursión de Eggleston en el campo musical.

El título hace referencia al número de la habitación del fotógrafo en el edificio The Parkview de Memphis y es muy diferente a su debut: el sintetizador ha sido sustituido por el piano Bösendorfer, se grabó en un solo día de 2018 y ha contado con (leves) aportaciones de luminarias como Brian Eno, Sam Amidon, Leo Abrahams y Matana Roberts, encargados de acompañar al fotógrafo con saxo, campanas, violín, banjo, guitarra y órgano, aunque el protagonismo absoluto es para las teclas del venerable piano, deslizándose de manera impresionista sobre las partituras de estándares como “Over The Rainbow”, “Smoke Gets In Your Eyes” y “Ol’ Man River”. De autoría propia encontramos la “Improvisation” de apertura –con las campanitas de Eno– y “That’s Some Robert Burns”, homenaje al poeta romántico escocés. La pieza más extensa (dieciocho minutos) se reserva para el final: una lectura del himno inglés del siglo XIX “Onward Christian Soldiers”, sin la letra de Sabine Baring-Gould y con la música de Arthur Sullivan fluyendo entre el impresionismo clásico y algunas gotitas de folk y blues, mirando, como el propio Eggleston reconoce, a las últimas piezas para piano solo de Charles Ives (1874-1954), padre putativo de la música “seria” norteamericana.

Aunque su apabullante legado como fotógrafo siempre dejará en un segundo plano sus inquietudes musicales, tanto “Musik” como “512” son mucho más que meros caprichos de un artista para rellenar horas de ocio: aquí se transpira amor, conocimiento y (moderado) entusiasmo. Así que es de recibo aparcar la condescendencia y dejarse llevar por este flujo de música pura y hermosa. ∎

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