Muchos de nosotros probablemente nos hemos habituado, casi sin darnos cuenta, a los patrones de colores repetitivos que acompañan cada Navidad, la iluminación nocturna artificial y opresiva y los rituales tan extraños como familiares. Como un mago que reflexiona sobre la falta de autoconciencia en la tradición o frente a una oferta cultural abrumadora, Sufjan Stevens irrumpió con su colección de 42 canciones en “Songs For Christmas” (2006).
Este trabajo es, en realidad, una recopilación de cinco EPs navideños que Stevens grabó a lo largo de cinco años (2001-2006), un material que bien podría calificarse como “de cafetería para el alma hípster”. Y, admitámoslo, aquí todos lo somos, al menos un poco. Aunque la mayoría son versiones navideñas con arreglos entrañables y se pueden convertir en elemento básico de nuestra colección de temporada, también hay temas originales que son una auténtica maravilla; tanto, que hasta el Grinch los escucha a escondidas. Es el caso de “That Was The Worst Christmas Ever!”, la quinta pista del tercer volumen, “Ding! Dong!”, que apareció en 2003.
La guitarra marca el pulso a lo largo de la canción, pero es el banjo el que se cuela al fondo, aportando una textura cálida y llena de matices. La estructura sigue el estilo característico de Stevens: primero la nota base de un acorde, seguida del rasgueo. También se suman los coros de Shara Worden (My Brightest Diamond). Este corte tiene una atmósfera envolvente, como si la escucharas a través de las paredes de tu casa, con una sensación de estar sumergido bajo el agua, todo amortiguado y lejano. La letra, como siempre, es increíblemente imaginativa y atrevida.
A pesar de su identidad religiosa, que no ha tenido reparos en mostrar, en esta canción no hay cabida para el espíritu navideño perfecto: las relaciones son complicadas, tensas, menos alegres y más auténticas. Es un respiro de honestidad en medio del caos festivo, y se presenta como una liberación catártica para todos aquellos que han sentido el peso del estrés navideño. En 2012, durante su emblemático tour “Christmas Sing-A-Long Seasonal Affective Disorder Yuletide Disaster Pageant On Ice”, Sufjan Stevens explicó cómo, de niño, el deseo de tener una Navidad perfecta y los regalos tradicionales chocaron con la dura realidad de una familia sin recursos para ofrecer ese tipo de celebración. Así lo refleja la letra: “Silent night, holy night, silent night, nothing feels right”.
Aunque muchos otros muchos artistas se han aventurado con álbumes de villancicos, él siempre ha destacado al crear canciones originales llenas de inventiva. ¿Conoces la expresión “medias tintas”? Ese nunca será el caso de Sufjans Stevens. ∎