Esta banda californiana liderada por la cantante Kat Moss –es su nombre real, aunque parezca coña– encajaba en la ola punk-hardcoreta con fronteo femenino que surgió hace más o menos un lustro y que todavía surfean Buggin, Amyl And The Sniffers o GEL. Cuando empezaron, Scowl se valía de lecciones aprendidas de Negative Approach, Minor Threat o Bad Brains en su manera de comunicar la aguerrida voz con la instrumentación de martillo pilón, pero su nueva canción, “Not Hell, Not Heaven”, parece haber abierto su abanico de influencias a Garbage, Hole, Pixies, Sonic Youth o incluso a los inofensivos Sum 41, dejando atrás los trallazos de minuto y pico de duración para armarse de una estructura pop clásica interpretada con un estilo vocal que abandona la agresividad en pos de la melodía con gancho.
Ahora, echando una mirada superficial a su sonido y estética, Scowl podría parecer la amiga chunga de Avril Lavigne. Pero hay más donde rascar que en los jingles poppies de la canadiense ya desde la letra, que navega por la tormenta de contradicciones que genera la sensación de “sentirse víctima y de serlo, pero sin querer identificarse con ello”, y también en la ejecución, que sigue siendo contundente como un cabezazo.
“Not Hell, Not Heaven” es el segundo single del nuevo álbum del grupo tras “Special”, que también fue canción del día para Rockdelux hace poco más de tres meses. El disco se titula “Are We All Angels”, saldrá el 4 de abril a través de Dead Oceans, y es el primero de Scowl en dicho sello. La canción viene acompañada de un videoclip dirigido por Sean Stout con escenas rodadas en el 924 Gilman de Berkeley, el local donde Moss, el guitarrista Malachi Greene y el batería Cole Gilbert se conocieron. Pero de aquellos primeros Scowl ya va quedando menos. Si te mató su primer disco, “How Flowers Grow” (2021), pensarás que se han vendido de mala manera, y si te va el pop de guitarras duras y baterías secas, aquí tienes a una candidata para ser tu nueva banda favorita. ∎