Californianos tanto la banda angelina de rock industrial Health como la cantante de Sacramento Chelsea Wolfe –situada en una onda más gótica–, era extraño que con sus 20 y 19 años de trayectorias musicales respectivas no hubieran coincidido nunca, siendo además, como es el caso, compañeros en el sello discográfico Loma Vista Recordings.
Hasta abril del año pasado no se había producido el encuentro y este fue puramente casual, en la ciudad neerlandesa de Tilburg, a la que habían acudido para participar en días sucesivos en el festival Roadburn. Tras encontrarse en el ascensor de un hotel, acabaron pasando el fin de semana juntos y, más adelante, cuando Jake Duzsik y John Famiglietti empezaron a considerar posibles colaboradores para una nueva canción, terminaron pensando en Wolfe.
El resultado de ese choque de personalidades ha dado ya sus frutos en forma de “MEAN”, una melancólica pieza gótico-industrial (no podía ser de otra forma) de inquietante belleza, en la que se narra la sutil violencia que surge en una relación que se ha enfriado: el tipo de crueldad que no nace de la malicia, sino del cansancio y el odio a uno mismo cuando las ilusiones se han hecho añicos y lo que queda es el dolor de una amargura sin resolver, como se sobrentiende con unas letras intencionadamente opacas que parecen conversaciones recordadas de un pasado tóxico. Esta escritura críptica permite al oyente sentir sus propias cicatrices en su sombrío paisaje emocional.
“MEAN” alcanza un punto medio perfecto entre la electrónica posapocalíptica de Health y la oscuridad etérea de Wolfe, cuya voz espectral se entrelaza con la voz más cansada de Jake Duzsik: sus armonías no reconfortan, sino que confrontan. Es música que no pide empatía, sino que desafía al oyente a que se sienta incómodo, asistiendo al derrumbe de una relación como otra cualquiera… ∎