Rico Nasty

¿De qué hablamos cuando hablamos de rage? En 2025, la respuesta rápida sería que hablamos de un subgénero del trap que ya padecía demencia antes de quitarse los pañales; del opiumcore y de todos los hijos espirituales del “Whole Lotta Red” (2020) de Playboi Carti. Pero a finales de la década pasada, si hablábamos de rage, hablábamos de Rico Nasty. Aunque, a diferencia de esa corriente hyper actual, la rapera de Maryland nunca se ha dejado llevar por la base: al frente de su música siempre ha estado su voz rasposa, estridente, amenazante. Es ella quien doma el sonido, y no al revés. Lo suyo se entiende desde lo visceral, desde la furia como forma de expresión en un marco de rap-rock siempre difícil de casar pero que en sus temas funciona por contagio. En el contexto de un hip hop mainstream por lo general demasiado aletargado, es fácil comprar el entusiasmo con el que Rico escupe palabras.

En “PEPPER”, single con el que anticipa el lanzamiento de una edición deluxe de su último álbum, “LETHAL” (2025), reconecta con Kenny Beats, probablemente el productor con el que Nasty mejor se lo pasa a la hora de gestionar su ira: como prueba, su mixtape conjunta “Anger Management” (2019). Beats, por cierto, también es el artífice en la sombra de uno de los discos de rock del año, el “Getting Killed” de Geese. Aquí arma una capa de sintes plugg que, llamadme loco, tiene un amago badalamentiano, mientras el dictado de las cajas de ritmo 808 motiva el (des)control vocal de Nasty.

Cansada de California, según ha compartido la propia rapera, y con sus alter egos más cartoonescos guardados desde hace tiempo en el armario, en “PEPPER” vuelve a la esencia del trap facturado en su área natal, sin perder un ápice de catarsis en su tono ni garra en su flow, incluso con algo de gancho melódico en algunos fraseos, para dar rienda suelta a su cara más hedonista en un tema prácticamente bisagra entre discos –el videoclip, un aquí-te-pillo-aquí-te-mato en medio de la gira que acaba de terminar, así lo demuestra–. Quizá el contenido de esta pimienta apenas hace llorar –Rico Nasty tiene canciones mucho más agresivas y confrontacionales en sus letras–, pero su forma pica lo justo para armar un buen pogo. Que no es poco. ∎