Tras ganar la estatuilla (virtual) a la artista revelación de 2024, imponiéndose como una de las nuevas voces más refrescantes del ecosistema estadounidense, la rapera Doechii empieza el nuevo curso con el mismo ímpetu y acierto, suministrando un videoclip a las 48 horas de empezar el año que bien podría permanecer entre lo más alto hasta que termine. El tema elegido es “DENIAL IS A RIVER”, uno de los cartuchos incluidos en su fulgurante “Alligator Bites Never Heal” (2024). Por su parte, James Mackel y Carlos Acosta diseñan este artefacto visual muy acorde con el estilo de la cantante y que sirve como homenaje explícito a la cultura negra ochentera y noventera.
El clip empieza como una sitcom tipo “El príncipe de Bel-Air” (Andy y Susan Borowitz, 1990-1996). Por sus acartonados sets, y bajo estética televisiva, se mueve Doechii rodeada por otros personajes. Un cúmulo de situaciones referenciadas en la letra tiene lugar en esta casa mientras mantiene una sincera conversación –la misma lírica de la canción– con una voz en off fuera de plano. En un momento dado esa representación toma un giro cuando cae la cuarta pared y Doechii se enfrenta a la audiencia en plató y a sus risas macabras. Es también cuando el clip pasa del raíl televisivo a uno más cinematográfico con un cambio de formato y una transición elegante. En este breve último tramo, la artista de Florida sigue revelando sus confesiones más íntimas en esta suerte de consultorio televisado, pero ahora lo lleva a cabo mediante un Double Dolly Shot (o el trávelin flotante) que remite directamente a los que popularizó Spike Lee en su obra de los años ochenta. Por si no fuera suficiente el alarde técnico y estético mostrado hasta ese punto, todo termina con una explosión sin apoyo de CGI, y con una Doechii rodeada por el humo y la ceniza.
No llega a los tres minutos, pero la rapera de Tampa empieza el año con la misma fuerza, talento y carácter con que finalizó el anterior. Bestia parda. ∎