James Blake

El pasado 28 de junio, James Blake anunció la que supondrá la siguiente maniobra creativa en su envidiada trayectoria como compositor, productor e intérprete. El músico de Enfield publicará “Playing Robots Into Heaven” el próximo 8 de septiembre. Un sexto álbum en el que insinúa una vuelta a la esencia electrónica sin renunciar al reclamo de colaboraciones de empaque como las de Steve Lacy, Channel Tres y HAAi. Una nueva entrada en su discografía que vendrá acompañada por una gira internacional que, por el momento, no cuenta con escalas programadas en nuestro territorio. Este mismo anuncio llega reforzado por el primer anticipo del disco, “Big Hammer”, presentado por todo lo alto con el impactante envoltorio visual que diseña el virtuoso Oscar Hudson.

Si en lo musical parece alejarse de la silueta crooner electro-soul, también, en una proyección visual que podría intercambiarse con la de los sudafricanos Die Antwoord, decide romper esquemas. El reconocido Hudson –de amplio currículum en el campo de la realización, ha trabajado con slowthai, Loyle Carner o Radiohead, entre otros– sigue a una cuadrilla criminal experta en alunizaje, a quienes presenta comiendo en un restaurante impropio para sus modales, para descubrir, a su salida del local, la manera salvaje en que han irrumpido en el establecimiento: ni reservas ni avisos previos. A partir de entonces, la cámara los sigue en sus correrías criminales que arrancan o finalizan con paredes destrozadas por ese “gran martillo” que no es otro que el coche que utilizan para cometer sus palos. En el último intervalo también se es partícipe de sus excesos juerguistas y sexuales, incluso bajo un acercamiento más figurado, pero sin perder ese punto de vista de dashcam sujeta al salpicadero. Una perspectiva que proporciona cercanía y un punto de vista inusual a la acción desenfrenada que transcurre delante del parabrisas.

Pieza corta, de cierta gestualidad paródica y gamberra, como una revisión del icónico “Smack My Bitch Up” –que dirigió Jonas Åkerlund para The Prodigy en 1997– pilotado por el gang de “Spring Breakers” (Harmony Korine, 2012), con la que James Blake predispone un cambio de rumbo con el que seguir alimentando su reputada carrera. ∎