Una sacudida emocional.
Una sacudida emocional.

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Julie Byrne

“Escribir canciones me ha salvado la vida”

Fotos: Tonje Thilesen

05.09.2023

Conmovedor y de una belleza poco común, el nuevo álbum de la cantautora estadounidense se postula como uno de los grandes acontecimientos creativos del año en el ámbito discográfico. Al conocer su intrahistoria, la sacudida emocional es todavía mayor.

L

os sentimientos más lacerantes son un impulso notable a la hora de afrontar un disco. Haciendo otra lectura, el arte tiene un poder restaurado. Julie Byrne había destacado en 2017 con “Not Even Happiness” (Basin Rock) y logró entonces algo tan complicado como que su carrera comenzara a recabar comentarios laudatorios. A su lado, modelando su sonido, durante un tiempo su corazón y siempre como apoyo emocional, contaba con Eric Littmann. Los dos comenzarían después un disco que no terminaron juntos. El fallecimiento del productor e instrumentista a mediados 2021 dio un vuelco a la vida de Byrne y también al que debería de haberse transformado en el álbum de consolidación de una pareja musical.

Pero “The Greater Wings” (Ghostly International-Popstock!, 2023) se ha convertido en mucho más que una colección de canciones. Ha sido el lugar en que la compositora estadounidense ha podido volcar más su amor que su rabia y mantener vivo el recuerdo de su pilar más sólido. Se trata de un manifiesto de lealtad y de afirmación de la vida. Sin ningún género de dudas, es un disco de inflexión, tanto en lo personal como en lo musical. “Mi esperanza para ‘The Greater Wings’ es que viva como una carta de amor para mi familia elegida y como una expresión de la profundidad de mi compromiso con nuestro futuro compartido. Ser moldeada por el dolor también me hace más consciente de lo que la muerte no me arrebata. Me comprometo a guardar eso en mi corazón, en palabras y en sonido”, asegura en las notas de presentación del disco.

El deceso de Littmann sucedió cuando el trabajo estaba en marcha. Él participa en la mitad del álbum y el tema que lo cierra, “Death Is The Diamond”, es el único que no cuenta con su participación. Tras el duelo, el productor Alex Somers, que ha trabajado con Sigur Rós y Julianna Barwick, fue el encargado de concluir el trabajo y darle su forma definitiva. El objetivo era que el espíritu de Littmann siguiera presente en el proceso. Casi al final del disco, en “Death Is The Diamond”, las palabras de Julie Byrne son esclarecedoras: “And if I have to, I’ll carry your death wish, back into the arms of this strange life. My back against your back, this has not been an easy religion. Written, intertwined, lived and tested”. (“Y si es necesario, llevaré tu deseo de muerte, de vuelta a los brazos de esta rara vida. Mi espalda contra tu espalda. Esta no ha sido una religión fácil. Escrita, entrelazada, vivida y probada”).

Las huellas de la pérdida.
Las huellas de la pérdida.


“The Greater Wings” está marcado por el dolor de la pérdida. ¿Hasta qué punto te ha servido para superarlo?

Yo no diría que lo he superado. La experiencia del duelo y actuar también en este contexto era un territorio desconocido para mí, y de lo que realmente estoy hablando cuando hablo de duelo es del amor que sentía por alguien y de ese valor insustituible de su vida. Por eso estoy aprendiendo día a día, tengo que vivir, tengo que convivir con ello más que haberlo superado.

¿Eric Littmann es la persona a la que te diriges en todas las canciones o también hay una parte en la que le hablas a esa familia elegida a la que te has referido alguna vez?

Muchas de las letras vienen de los momentos que he pasado con la gente que quiero. Y sí, momentos así le han dado mucha forma a este disco.

Hablemos sobre la sonoridad del álbum. ¿En qué momento decides dotar a tu trabajo de una mayor instrumentación?

Diría que ha sido una progresión gradual. Cuando empecé a componer canciones solo me acompañaba de la guitarra y ni siquiera me sentí satisfecha cuando conocí a Eric Littmann, mi colaborador. Y él aportó todas esas técnicas de producción tan creativas para mi proceso de composición. Se fue convirtiendo en una especie de sinergia en evolución entre nosotros. Ahora, con “The Greater Wings” pienso que de alguna manera hemos mostrado todo lo que hemos ido construyendo en sentido creativo. Este es el trabajo más versátil que hemos hecho.

¿Cómo nace una canción como “Moonless”, en la que no hay guitarra? ¿Te encargas tú del piano?

Así es. En los últimos años he empezado a trabajar más con el piano, he aprendido a tocar el instrumento, y “Moonless” es la primera composición que escribí en piano. Es una canción muy sencilla en cuanto a los acordes.


“La experiencia del duelo y actuar también en este contexto era un territorio desconocido para mí, y de lo que realmente estoy hablando cuando hablo de duelo es del amor que sentía por alguien y de ese valor insustituible de su vida. Por eso estoy aprendiendo día a día, tengo que vivir, tengo que convivir con ello más que haberlo superado”



¿Aprendiste a tocar el piano como hiciste con la guitarra, sin ningún tipo de enseñanza?

Esta fue mi primera experiencia tomando clases. Empecé a recibir clases de piano a los 28 años. Fue cerca de mi casa, cuando vivía en Los Ángeles. Trabajé con mi profesor a intervalos durante dos años y las clases me permitieron estar en un estado de crecimiento. Pero también YouTube es un recurso rico y accesible que me ha sido muy útil.

Escribiste parte de “Moonless” en una isla de Portugal. ¿Cuál era? ¿Qué hacías en esa residencia artística y qué tiene la canción de esa experiencia?

Estaba en la Isla de la Culatra, en un pequeño pueblo de pescadores al que solo se puede acceder en barco. Allí hice una residencia durante dos semanas, y gran parte de la letra de “Moonless” surgió de esa época. Estaba allí en una noche de luna nueva y de alguna manera estaba mirando hacia el horizonte oscuro. No había contaminación, casi nunca había experimentado una oscuridad total como aquella.

¿Cómo ha contribuido Alex Somers, productor, entre otros, de Sigur Rós, a tu sonido?

Creo que sus contribuciones son visionarias y que tuvo muchas ideas interesantes e impactantes sobre cómo aportar diferentes dimensiones a la estructura de las canciones. Así que gran parte de la amplitud de la atmósfera y el espacio, los sentimientos en el álbum que sónicamente creo que son más expansivos, le corresponden a él. Gran parte de todo eso es mérito de Alex y por supuesto también de los arreglos orquestales que ha llevado a cabo Jake Falby.

“Summer Glass” es quizá la canción más diferente a tu universo habitual. ¿Cómo te sentiste con este tipo de texturas?

Me sentí deslumbrada. “Summer Glass” es una colaboración entre Eric Littmann y yo. Su trabajo con sintetizadores es el corazón de la canción. Estaba completamente cautivada por esa canción mientras trabajábamos en ella. Estaba en mi mente todo el tiempo. Sentía que era lo único en lo que realmente podía concentrarme. Así que la terminamos. Creo que una canción como “Summer Glass” es algo que Eric y yo siempre habíamos soñado con hacer y estoy realmente orgullosa de ella.

“Summer Glass”, vídeo realizado por Le’Andra LeSeur.

Los últimos versos de esa canción dicen: “Un día la piel que me sostiene será polvo. Y estaré lista para viajar nuevamente. Por ahora, quiero ir más allá. Al momento, a la visión, a ti. Juré que me mostraría para así poder renovarme. Eso no es lo mismo que ser nuevo para siempre. La forma de tu mano quedó en el polvo del cristal de verano. Quiero estar lo suficientemente completa como para volver a arriesgarme”. ¿Son un buen resumen del proceso que has llevado a cabo en este álbum?

Me pregunto si hay alguna forma de resumir ese proceso, porque las canciones surgen en líneas temporales muy diferentes. Algunas de ellas pueden estar terminadas de forma inmediata y otras han tardado años y años, como “Flare” o “The Greater Wings”. Para mí lo que lleva más tiempo es perfeccionar las letras y esperar a que la historia se cuente por sí sola, viviéndola, y solo la intuición me permite saber cuándo algo está bien. Hay que hacer un análisis para cada composición. Todas piden tratamientos diferentes, supongo.

¿Esa calma a la hora de componer este disco es una parte esencial del mismo?

Absolutamente. Yo diría que abordar el proceso de escritura con un sentido honesto del esfuerzo pero también con paciencia son probablemente dos partes definitivas del proceso con el que lo he llevado a cabo.


“Lleva el tiempo que lleva. Quizá sea más de la cuenta según los estándares de la industria musical, pero creo que en cierto modo he intentado establecer mis propios términos basándome en lo que sé que necesito como escritora. Y estas canciones son historias que necesitaban ser vividas, y llevó el tiempo que llevó”



“Conversation Is A Flowstate” me ha recordado mucho a “I Live Now As A Singer”, con tu voz prácticamente a capela. ¿Hasta qué punto esta última canción, que está en tu disco “Not Even Happiness”, ha influido en este disco? ¿Hay alguna conexión entre ambas?

Yo diría que la conexión es que el sintetizador llamado Minilogue es el instrumento principal en las dos canciones. Y diría que es cierto que “I Live Now As A Singer”, siendo la canción que cierra “Not Even Happiness”, es una especie de mensajero que apunta a lo que está por venir. Fue la primera vez que me liberé de la guitarra y me centré solamente en mi voz y en lo que se refería a mi interpretación. Queríamos profundizar en eso y creo que se nota en “The Greater Wings”.

¿Hay una voluntad en “Portrait Of A Clear Day” de mantener la identidad de cuando eras una compositora do it yourself, de tus primeros trabajos?

Todavía me atrae mucho trabajar con la guitarra y esa canción explora una afinación con la que no había trabajado antes. Sin embargo, quiero rendir homenaje a mis primeros días. Mientras sigo experimentando y creciendo como artista, es importante para mí mantener esa época presente a lo largo de todo el proceso. Tanto a nivel personal como en las grabaciones que vaya haciendo de aquí en adelante.

¿Por qué ha pasado tanto tiempo, seis años, entre tu trabajo anterior y este?

Creo que, simplemente, lleva el tiempo que lleva. Quizá sea más de la cuenta según los estándares de la industria musical, pero creo que en cierto modo he intentado establecer mis propios términos basándome en lo que sé que necesito como escritora. Y estas canciones son historias que necesitaban ser vividas, y llevó el tiempo que llevó.

Efluvios de naturaleza.
Efluvios de naturaleza.


¿Has tenido alguna referencia a la hora de hacer un disco como este?

Muchas de las canciones ya estaban escritas antes de que Eric muriera y mi vida no giraba en torno a la inspiración después de que eso ocurriera, sino en torno a la supervivencia ante la pérdida de la persona más cercana a mí. Creo que escribir canciones me ha salvado la vida en muchos sentidos. No trataba de buscar influencias de nadie musicalmente, pero los recursos y lo que había escrito sobre el dolor me han influido en el período final de la composición de las letras y en que mi trabajo avanzara.

En tus trabajos siempre hay referencia a elementos de la naturaleza y este no es una excepción. ¿A qué se debe esa fijación?

Porque lo somos. Somos naturales. Creo que es solo fascinación. Crecí en las tierras de cultivo en las afueras de Búfalo, en el estado de Nueva York; yo era hija de un padre con discapacidad y tuve que echar una mano. Esa atención o sentido de la fascinación viene de crecer en una comunidad agrícola, en las afueras de una pequeña ciudad justo antes de que todo se convirtiera en tierras de cultivo. Pasé allí mucho tiempo de niña, en el mundo natural, viendo la vida desarrollarse, prestando atención y colaborando tanto como me era posible. Comenzó cuando era joven, pero es un interés que se ha avivado a lo largo de mi vida.

“Not Even Happiness” fue uno de los discos más aclamados en 2017. Con ese precedente, ¿sentiste algún tipo de presión a la hora de afrontar un nuevo álbum?

Por supuesto que había una sensación de presión o un deseo de hacer lo correcto por la gente que me había apoyado y creía en mi trabajo. Y hubo momentos en los que esa sensación de presión podía ser casi debilitante y se convertía en un obstáculo para el tipo de libertad, experimentación y confianza en uno mismo que al menos se busca y que es tan importante. Creo que simplemente afrontar el proceso de escritura es un acto muy valiente, y necesitaba marcar cierto espacio con la vida que había estado viviendo con el fin de volver a conectar conmigo misma o tal vez de reinventarme como escritora después de todas esas giras. Durante el tiempo pasado en el escenario sentí que estaba muy lejos de mí misma. Cuando esa parte del ciclo terminó, hubo un proceso para llegar a conocerme de nuevo a mí misma como escritora.

¿Los directos han cambiado mucho la concepción de tu música?

No tanto. Es decir, hacemos la mayoría de nuestras giras como trío y cuando podemos incluimos el arpa en nuestro repertorio. Creo que es una progresión natural que hemos estado cultivando todo este tiempo.


“Muchas de las canciones ya estaban escritas antes de que Eric muriera y mi vida no giraba en torno a la inspiración después de que eso ocurriera, sino en torno a la supervivencia ante la pérdida de la persona más cercana a mí. Creo que escribir canciones me ha salvado la vida en muchos sentidos”



Es probable que el álbum haya supuesto un crecimiento personal para ti. ¿Qué valoras más después de todas las vivencias que has atravesado durante la composición de este disco?

Es una gran pregunta. Hay muchas respuestas que podría dar y es una cuestión importante para seguir explorando, pero lo que me viene a la mente más inmediatamente es la importancia de construir una sensación de hogar. Valoro eso profundamente. En el momento en que terminé “Not Even Happiness” estaba lista para volver a la carretera de nuevo y así lo hice. Y ahora estoy en un punto de mi vida en el que siento que esa perspectiva ha cambiado y busco la riqueza de cultivar una vida hogareña y un creciente sentido de la sana soledad, que era algo que casi no tenía cuando estaba de gira en el pasado, entregando mi vida a tocar. Así que, sí, lo que más valoro ahora es esa sensación de tener un hogar.

Teniendo en cuenta todo lo que evocas en tus canciones y residiendo en Queens, en Nueva York, ese hogar está alejado de esos lugares rodeados de naturaleza que se vislumbran en tus canciones.

No creo que sea completamente diferente. Soy testigo de la resistencia de la vida todo el tiempo, simplemente dando paseos por mi barrio y conociendo los parques y la ciudad. Trabajé para el departamento de parques cuando era más joven y sé por qué es tan importante estar rodeada de verde. Siento que hay maneras de notar y experimentar eso en cualquier ciudad, y mucho de lo que escribo viene de mis paseos por el barrio por la noche.

Normalmente has trabajado con sellos que tienen artistas en tu misma línea musical, como Advance Base en Orindal o Nadia Reid en Basin Rock. Ahora has firmado con un sello mucho más ecléctico como Ghostly International. ¿A qué se debe este movimiento? ¿Tiene algo que ver con tu nuevo tipo de sonido o con una intención de llegar a un público diferente?

Me encanta el plantel de Ghostly y también me veo a mí misma no solo como una artista folk, sino también como una compositora experimental. Y quiero expandirme y seguir haciendo cosas que todavía no he hecho, manteniendo al mismo tiempo una conexión con mi lugar de origen. Y me pareció que Ghostly, que está ubicado en Nueva York, encajaba bien con esa intención. Además, me han proporcionado mucho apoyo en lo que ha sido un proceso difícil y les estoy muy agradecida. ∎

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