LSDXOXO: deconstrucción de club. Foto: Sergio Morales
LSDXOXO: deconstrucción de club. Foto: Sergio Morales

Festival

Primavera en la Ciudad (7 junio): todas las rutas

Tercer asalto de Primavera en la Ciudad en el Primavera Sound madrileño, con amplia ración de electrónica dura interpretada desde distintas perspectivas en la sala La Paqui, mientras en el estadio Metropolitano los Pet Shop Boys ejercían como inmejorables anfitriones del ciclo y en el Teatro Eslava comparecían Blondshell, Built To Spill y Zopa. El anuncio de la cancelación de la primera jornada grande del festival –la de hoy– también marcó la velada. Según la organización, la adversa previsión meteorológica en la zona desaconseja su realización por motivos de seguridad. La intención del festival es que las jornadas del viernes y sábado puedan realizarse.

DJ Finalboss

Anoche era inevitable andar ese camino tantas veces recorrido, calles Lavapiés, Montera o Fuencarral arriba hasta el viejo Ochoymedio –La Paqui hoy– algo cabizbajo. Normal, después del jarro –o jarrón, o jarreo, o diluvio, como prefieran– de agua fría de la cancelación de la primera jornada propiamente dicha del desembarco de Primavera Sound en mi ciudad, en Madrid. Pero, bueno, ¿para qué está una fiesta? El mundo no se acaba y tampoco un Primavera Sound que todavía tiene por desplegar dos jornadas maratonianas. Y con esa actitud arrancó DJ Finalboss, el proyecto paralelo a los platos de LVL1. Con una declaración de intenciones, pasando de un techno dominatrix a temas mucho más escorados al hardcore y al bocineo melódico, situándose entre el Amnesia y el Scorpia, entre bases de Overmono abstraídas hacia la rave chillona y el sonido Pont Aeri y en la línea de reivindicaciones recientes del concepto de “Fiesta Naranja”. Zapatilla y martilleo extrovertido, abierto a melodías cantables, casi todas ellas sacadas de un core fundamentalmente británico y evocando puro hard-dance. Secciones más tranceras y momentos de big beat dieron paso –con el saxo de “Careless Whisper” (Wham!) y bien de bombo como cambio de pantalla– a una construcción de drumless glitch que reveló lo que sería la sesión de aquí hasta el final: una locura de gabber ultradistorsionado que haría las delicias de Vicente One More Time. “Avanti la musica. Va bene cosi”. Diego Rubio

DJ Finalboss: la noche es gabber. Foto: Sergio Morales
DJ Finalboss: la noche es gabber. Foto: Sergio Morales

LSDXOXO

Después de la barrabasada sónica de Yves Tumor, que dio uno de los conciertos más empastados entre sus distintos pasos por la península, este productor de Filadelfia residente en Berlín propuso una fiesta de techno disidente, con sonido de ball, con él enfundado en un look de cuero que poco a poco fue desprendiéndose de piezas y performando con el micro delante de la mesa, frente al público. Alejándose durante este primer tramo de la idea de sesión, se limitó a cantar de forma prácticamente inaudible sobre un churro de temas con beats agresivos y a dejar mucho fan service, entrando momentáneamente en el grime con rapeos sobre bases de breakbeat y drum’n’bass. Después de un interludio en clave dembow, ahora así, se puso los cascos y empezó a pinchar un hip hop abstracto y mecánico que casi recuerda a Death Grips y que se convirtió, sin mediar palabra, en speed techno y en deconstructed club. Esta tónica marcó el ritmo hasta el final, dejando una ligera sensación de pinchada conversacional. Pero en los últimos momentos –a base de intensidad, de colisiones, de subgraves implosivos, de percusiones machaconas y de voces ultrapitcheadas– logró recuperar la atención del público y consiguió elevar la temperatura de La Paqui hasta los niveles premeditados. Diego Rubio

LSDXOXO: alta temperatura techno. Foto: Sergio Morales
LSDXOXO: alta temperatura techno. Foto: Sergio Morales

Private School Latina DJ

Ya no hay tanto cambio de platos como los de antes, en plan “te dejo un tema y a ver qué haces con él”, así que el mínimo interludio entre DJs se hizo ligeramente largo. Pero fue subirse a la cabina Private School Latina DJ –residente en las fiestas de la comunidad electrónica queer de Berlín, Floorgasm– y, de nuevo, intenciones claras desde el primer drop: una inmersión techno –oscuro, serpenteante– sin vaselina. Podría haber pensado uno, por aquello del nombre, que iba a encontrarse con una fiesta de perreo, de latineo, pero nada más lejos –o no– de la realidad: lo que hallamos fue sequedad y seriedad con pequeños breaks casi aphextwinianos que, sí, podían asemejarse ligeramente a la sincopación de los ritmos antillanos, pero realmente escondían el músculo y la cuadriculación del techno en una de sus versiones más ruidosas y contundentes. Mientras, como si de un gogó se tratase, LSDXOXO bailaba a su lado, se tiraba selfis y grababa stories, tendiendo puentes con el poco público que quedaba en La Paqui bien pasadas ya las tres de la madrugada y teniendo en cuenta las muchas recogidas de cable vacacionales que lógicamente –y en la medida de lo posible– han seguido a la cancelación del jueves del Primavera Sound. En esos momentos yo pensaba en cómo desde la base misma del techno de Jeff Mills, a través de sus tribalismos y sus detalles más puramente estructurales, se pueden trazar en el fondo todas las líneas que explican estas nuevas olas con apariencia de sincopadas que se abren a jugar con la salsa, con el merengue o con el reguetón y hasta con pitos de sambódromo, ¿por qué no? Todo estaba ahí, todas las rutas, esperando a ser recorridas. ¿No iba de eso aquello de “voltereta, voltereta”? Diego Rubio

Private School Latina DJ: poder queer. Foto: Sergio Morales
Private School Latina DJ: poder queer. Foto: Sergio Morales
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