Cómic

Albert Monteys

¡Universo! 2Astiberri, 2024

“¡Universo!” (2014-) es un cómic digital con páginas apaisadas porque está originalmente previsto para leerse en pantalla desde la plataforma Panel Syndicate. Es un cómic del futuro que habla del futuro. Practica el género de la ciencia ficción para abordar todos los demás, desde el thriller al romance pasando por la metaficción, que son las historias que tratan sobre cómo está compuesta la propia historia. El capítulo central de este volumen es un ejemplo contundente. El autor incluso se disculpa por incluir flashbacks a destiempo, él sabe que nosotros sabemos que él sabe que nosotros sabemos. Los capítulos de “¡Universo!” son independientes, aunque en ocasiones se trenzan sin afectar su autonomía. En el primero del primer tomo impreso, publicado por Astiberri en 2018, una empresa viaja al big bang para registrar en propiedad el espacio-tiempo y la materia misma. En el primero de este segundo tomo en papel, una mujer se casa con su propio avatar. Lo que distingue “¡Universo!” del resto de propuestas fantacientíficas es que aquí los protagonistas tienen sus innovaciones ya interiorizadas y gastadas. Son mundos doblemente reales, porque además de factibles se confiesan sostenidos. Albert Monteys (Barcelona, 1971) proviene del género del humor, y construye naturalmente diálogos donde el lector detecta superados todos los chistes de novedad, porque el elenco completo intercambia ya alusiones de segunda capa.

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“¡Universo!” explicita el folclore del futuro, donde nuestra potencia contemporánea e inmediata ha dejado de ser amenaza y es ya pasado ancestral. Sus porvenires nos reconstruyen como antropólogos festivos, y en el contexto suyo nuestros problemas previstos tienen ya dos vueltas más de tuerca. El autor podría formular sus historias como una secuencia de narraciones sorprendentes tratadas bajo una estructura homogénea. Series de televisión así encontrarán por docenas. Sin embargo, se obliga a construir un artificio narrativo en cada entrega. El capítulo que cierra este volumen es una entrega sin diálogos, el que le precede tiene una historia minuciosamente orquestada pero maquillada de desafinados, el anterior es un mosaico de desajustes, pueden seguir la secuencia acudiendo al volumen anterior. En la forma, el autor se rompe la cabeza para rompersela a los demás. En el fondo, el material es el habitual: el tiempo, el lugar, la identidad y la relación, cuatro puntos cardinales que permiten orientar desde lo mínimo hasta lo cósmico. En “¡Universo!” se exploran las dimensiones alternativas, en alguna seguramente estamos nosotros. En esa dimensión concreta y nuestra hay ejemplares de “¡Universo!”, tanto digitales como impresos. Leibniz, en previsión, la decretó “el mejor de los mundos posibles”. 

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