Cómic

Antonio Hitos

Tensión de roturaAristas Martínez, 2025

Vamos a ser exactos. Dicen los manuales de física que la tensión de rotura es la máxima tensión que un material puede soportar antes de que su sección transversal se contraiga de manera significativa (sea lo que sea que eso signifique). En el caso de un dibujante de tebeos, estoy en condiciones de asegurar que la tensión que puede soportar una o uno de ellos antes de romperse es incalculable. Descendientes directos de Atlas, eso es lo que somos. Lo que no sabemos es cuánta ha tenido que soportar Antonio Hitos (Huelva, 1985) para hacer este tebeo, pero el resultado ha merecido la pena (aunque tampoco sabemos si él opinaría lo mismo). “Tensión de rotura” es también el título del último trabajo del artista onubense, galardonado con el premio de novela gráfica que otorga la editorial Aristas Martínez, encargada asimismo de su publicación.

Tras el hermético “Ruido.” (Astiberri, 2023), Hitos construye en “Tensión de rotura” una historia diáfana: a un pobre diablo le encargan una tarea imposible de realizar, la cosa sale regular nada más y al final lo despiden. Desde ahí, toca construir para reconstruirse, no desperdiciar los recuerdos que lo convierten a uno en quien uno es. Si “Ruido.” dejaba poco margen a la esperanza, “Tensión de rotura” abraza lo luminoso, pero sin pasarse tampoco, porque la cosa sigue estando mala. Eso sí, Hitos escribe cada vez menos, aunque guste de la verborrea paracientífica y se conduzca por este peculiar mundo lleno de tuberías, basura y construcciones abandonadas con silencios esclarecedores. Inevitablemente, el mapa trazado por Hitos remite a una especie de evolución posindustrial del Unifactor creado por Jim Woodring en su saga “Frank” (1996-2020).

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Hitos es un dibujante obsesivo que mantiene el control absoluto hasta en el caos. Su dibujo, que en apariencia ha mutado a un trazo más despreocupado, ofrece, sin embargo, nuevas tareas que abordar a un artista que ha consagrado su carrera a una exploración matemática del arte del cómic: la legibilidad del blanco y negro, la ardua planificación del espacio negativo, la compleja fisicidad de sus muñecos (porque eso es lo que son sus personajes, muñecos) y la disposición de las tramas y texturas para que ensucien lo justo. El único elemento que usa como muleta y no como cilicio es la disposición de viñetas, un 2x2 como su adorado Schulz (como si “Peanuts” hubiera sido dibujado por Tony Hawk) para mostrar y página completa para acelerar y frenar el ritmo, según toque. Una tarea titánica para un tebeíto que encuentra el apoyo necesario para afrontarla en su orgullosa ligereza y aplastante honradez. ∎

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